Con una mirada de perspectiva de género, el gremio se posiciona y expresa en el caso del docente que primero fue declarado inocente y en una segunda instancia condenado por el delito de abuso sexual a menores.
Desde el gremio Sadop, que nuclea a docentes de instituciones privadas, publicaron una carta abierta a los jueces a partir del caso de Juan Trigatti, el profesor de Educación Física, acusado de abusar de alumnos en la Escuela Ceferino Namuncurá. Trigatti fue absuelto en primera instancia por falta de pruebas en una causa de abuso. Pero luego, esa absolución fue revocada por un tribunal de segunda instancia.
El comunicado comienza diciendo: “Somos un grupo de docentes y feministas que participamos activamente de las acciones del colectivo de mujeres y disidencias para intentar profundizar la Perspectiva de género y paulatinamente construir una sociedad más igualitaria. En estos días, nos sentimos muy interpeladas por el caso de Juan Trigatti que ha impactado en el sector docente. Vemos con mucha preocupación, la vulnerabilidad a la que estamos expuestas en nuestro trabajo, tal como lo refleja este caso”.
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En diálogo con LT10, Cecilia Santa María, secretaria adjunta del Sadop, explicó que “desde el sindicato estuvimos acompañando de cerca el caso del compañero Trigtatti y pudimos ver un proceso de investigación con bastantes irregularidades, un proceso con procedimientos un tanto cuestionables, una actuación de la fiscalía y de la querella que deja algunas preguntas instaladas en relación a la investigación, pero después vimos un fallo en esa primera instacia que expresa la inexistencia de delito, la falta de pruebas”.
En este contexto, realizaron “esta carta abierta que está firmada por docentes, no solo de la Ceferino, sino de otras instituciones, pero también hay feministas, militantes del movimiento de mujeres y disidencias, para acercarles esta preocupación nuestra y que esta voz feminista pueda ser tenida en cuenta”.
Asimismo, destacó que ven “una argumentación que está escrita a la distancia y desconoce lo que nosotros conocemos más desde una militancia más cercana, de territorio”, y que “se necesitaba una voz con perspectiva de género en este caso”.
También criticaron la desacreditación de los testimonios de las docentes que declararon en el juicio: “En el juicio de Juanchi, como ya se ha mencionado, nuestros testimonios fueron desacreditados despectivamente por la fiscalía y la querella, porque expresan la inexistencia del delito del que se lo acusa, ya que el escenario de los supuestos hechos (el patio) es absolutamente visible, público, rodeado de cámaras y ventanas por las que se ven las interacciones y acontecimientos que allí suceden. Sumemos a ésto que la investigación demostró una ineficiente actuación policial que, entre otras cosas, impidió preservar los registros fílmicos. Seguramente otra hubiera sido la historia”.
Principalmente, por tener una “mirada machista de la fiscalía y la querella para acusarnos de complicidad, no queda sólo reducida a las mujeres docentes. También la tienen con las trabajadoras de la salud, 4 profesionales mujeres cuyos testimonios son desacreditados y valorados de manera peyorativa”.
Fuente: LT 10
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