El precio del kilo de cartón se desplomó un 65% en un año por la apertura de cartón importado sin aranceles por decisión del gobierno de Milei. Crece la cantidad de cartoneros y muchos combinan varios trabajos.

Cada noche, cientos de recuperadores urbanos recorren las calles empujando carros cargados de materiales reciclables, pero el negocio se desplomó: el precio del kilo de cartón cayó de 230 a menos de 100 pesos en un año, afectando directamente a quienes viven de su recolección. Es la resultante de varias medidas del gobierno nacional: apertura de carton importado sin ningún arancel y la recesión del consumo interno lo que implica en una caída  de la producción nacional.

Hoy juntar cartón no es negocio para nadie”, resumió una trabajadora del sector, que aseguró que muchos compañeros “ya no salen porque no alcanza ni para cubrir los gastos”.

La principal causa, coinciden los cartoneros, fue la decisión del gobierno de Milei con la  apertura de las importaciones de residuos reciclables. Desde comienzos de este año, ingresan al país rollos de cartón y papel desde Brasil y China, lo que provocó una sobreoferta y permitió a las industrias papeleras pagar menos por el material local. “Las fábricas se llenaron de cartón importado y nos bajaron los precios”, explicaron desde la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr).

A la caída del valor se suma el deterioro de las condiciones laborales. “Los cartoneros trabajan más horas y ganan menos”, describen desde las cooperativas. Muchos suman changas, ferias o pequeños comercios para poder subsistir. Según el último censo municipal de recuperadores urbanos, la cantidad de cartoneros aumentó un 40% en un año: hoy son 819 trabajadores, la mayoría jóvenes, que revisan entre 30 y 35 contenedores por día, en jornadas que superan las 10 horas.

La crisis no solo golpea los bolsillos, sino también la sustentabilidad del sistema. En 2024 los recuperadores evitaron que más de 6.000 toneladas de residuos terminaran en el relleno sanitario. Pero hoy, entre la inflación, la caída del consumo y la importación indiscriminada, la economía del reciclado se encuentra en su punto más crítico.

Fuente: Sin Mordaza

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