Como en anteriores gobiernos liberales, Milei pretende desmembrar leyes como la de Contrato de Trabajo y Convenios Colectivos en beneficio de empresas y el capital financiero.
Por Felipe Yapur / Página 12
Como si se tratara de una renovación de los 100 primeros días de un gobierno, Javier Milei quiere aprovechar el envión que le dieron los votos de este domingo pasado, para avanzar en diferentes reformas que considera imprescindibles para la segunda parte de su gobierno. En esa línea el Presidente señaló que pretende implementar una reforma tributaria (que incluye bajar unos 20 impuestos). Pero antes, –advirtió– “debe haber una modernización laboral”. Un eufemismo para no decir que lo que busca es una nueva flexibilización laboral a la que le adosa una promesa –color ocre por los años de existencia– y es que “no implica una pérdida de derechos”. Toda esta falacia que la disfraza de reformas de segunda generación representan, tal como afirmó Matías Cremonte a Página/12, un nuevo intento por “atacar y/o destruir la barrera que representa la legislación laboral y, naturalmente, el movimiento obrero” al desarrollo total del programa económico vigente que tiene como únicos beneficiarios a los grandes empresarios y al capital financiero. Una reforma de este tipo necesita de estrategia de resistencia a nivel legislativo y también la sindical. Por ahora la CGT expresó su rechazo a este anuncio a través de uno de los integrantes del triunvirato conductor. Héctor Daer de Sanidad indicó que la central obrera tiene preparado un menú táctico que incluye “primero la acción política, luego judicial, y si hace falta, paros y movilizaciones”.
La propuesta, que se basa en un proyecto ya presentado el año pasado y que lleva la firma de la diputada Romina Diez como autora principal y que tiene el acompañamiento, entre otros, de Lilia Lemoine y el amigo del narco Fred Machado, José Luis Espert, representa para los trabajadores el fin de los derechos laborales. No hay en todo su articulado un beneficio para el empleado.
Cremonte, a la sazón presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, se preocupa en desmontar algunas falacias que llegan desde la Casa Rosada. Advierte, por caso, que es falso que una reforma laboral tenga incidencia en la economía real porque “lo que define la dinámica económica es la política económica que se aplica que puede ser más proteccionista o libertaria”.
Es más, señala que el cierre de empresas, la caída del consumo, de los ingresos y el desmoronamiento de las ventas de productos nacionales fruto de la apertura indiscriminada, ya atentan contra la contratación de nuevos trabajadores. Pero además, indica que todo esto debe ir acompañado por algo que sistemáticamente hacen los gobiernos liberales y es la estigmatización de los sindicatos, de los abogados laboralistas y, por ende, del andamiaje legal que protege a los empleados y también la justicia del fuero laboral.
Mauricio Macri, durante su gobierno, buscó avanzar contra las leyes laborales y, sobre todo los abogados laboralistas. Incluso sindicó, sin prueba alguna, al entonces diputado y experimentado abogado laboralista, Héctor Recalde, como el supuesto cabecilla de una mafia de la industria del juicio. En todo caso Recalde fue una guía e inspiración para los abogados que litigan en el fuero laboral.
El experimento que ahora impulsa Milei no es nuevo. Ya lo intentó la dictadura militar, el menemismo, hasta la Alianza que se valió de la ley Banelco y el gobierno de Macri. En todos estos casos la destrucción de los derechos de los trabajadores tiene como objetivo el desarrollar un programa económico que beneficie a los empresarios y al capital financiero. Por eso, como afirma Cremonte, es prioritario para estos gobiernos, como el de Milei, “atacar y/o destruir la barrera que representa la legislación laboral y, naturalmente, el movimiento obrero”.
La voz de los gremios
Dos fueron los dirigentes sindicales que se expresaron en contra de la reforma laboral. Uno de ellos fue Mario “Paco” Manrique del sindicatos de mecánicos, el Smata. “Todas las reformas laborales se plantearon en épocas de crisis, porque lo único que querían hacer es abaratar los despidos”, afirmó el también diputado nacional. Es más, advirtió que “el triunfo de Milei va a acelerar todo un proceso que estaba planificado de antes de las elecciones, con reforma laboral y muchas cuestiones que afectan a la vida cotidiana de los trabajadores, y ante eso la CGT no puede mirar para un costado, ni hacer oídos sordos”.
Daer, dirigente de sanidad y triunviro de la CGT, también se refirió a este proyecto que promueve el gobierno y que quiere sumarlo al período de sesiones extraordinarias del Congreso cuando ya esté funcionando la nueva conformación de las Cámaras parlamentarias.
“Si es para retroceder, no vamos a negociar. Hasta ahora no hay ningún indicio de cuál es el borrador que pretende el gobierno”, afirmó Daer durante una entrevista radial. En ese sentido, destacó que las reformas propuestas podrían implicar una transferencia de derechos de los trabajadores hacia los sectores empresariales. Es más, recordó que con la existencia de las actuales leyes con las actuales normas, “tener un trabajador formal o informal da lo mismo; las multas ya no existen y se busca generar un mercado de capitales con los fondos de indemnización”.
A partir de este renovado proyecto del oficialismo es que Daer anticipó que la central obrera piensa llevar adelante una estrategia combinada que incluye la acción política para garantizar mayorías parlamentarias que detengan estos proyectos, medidas judiciales contra lo inconstitucional y acciones sindicales, que incluyen paros y movilizaciones. Esto, de alguna medida, es lo que hizo la CGT al comienzo de la gestión de Milei cuando logró frenar el capítulo laboral del decreto 70/2023, pero que con el correr de los meses abandonó esta estrategia.
Por ahora Milei insiste que la reforma laboral es el paso previo y necesario para luego realizar la reforma tributaria que “incluye bajar 20 impuestos ahora, expandir la base imponible, de modo tal que, al bajar las alícuotas, no tenga sentido la evasión. O sea, que la gente no quiera estar en lo informal”. Nada, ninguna de las propuestas de Milei incluye el más mínimo beneficio para los trabajadores.
Curiosamente en los años noventa se transmitía por la televisión el programa cómico Cha Cha Chá. Había un sketch donde el actor Rodolfo Samsó, más conocido como Alacrán, recibía un llamado de la empresa donde trabajaba y de manera muy educada agradecía que le comunicaran su despido. A su lado estaba su esposa y él le decía que por “el nuevo sistema” debía indemnizar a la fábrica por todos los años que le pagaron el sueldo. Más o menos así es lo que pretende La Libertad Avanza con su proyecto de reforma laboral.

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