“Si el diputado de la Nación sabe que hay un ‘tongo’ debería haber denunciado eso, tiene la obligación de hacer la denuncia por ser funcionario público”, manifestó por LT9 el director del Cudaio, Armando Perichón. Además explicó el detalle de la sofisticada ingeniería que se requiere para que se puedan hacer realidad las donaciones y los trasplantes, y cómo deben darse las condiciones de muerte de una persona para que se pueda ablacionar un órgano.

Durante el debate presidencial del domingo último, el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, volvió a atacar el sistema de donación y trasplante de órganos argentino con una noticia falsa que ya había compartido durante la campaña cuando propuso crear un “mercado” para que se puedan comprar y vender órganos.

Y tal como había pasado en junio del año pasado, desde el  Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante y sus organismos articuladores provinciales lo cruzaron y volvieron a contar el detalle de la sofisticada ingeniería que se requiere para que se puedan hacer realidad las donaciones y los trasplantes, y cómo deben darse las condiciones de muerte de una persona para que se pueda realizar la ablación de un órgano.

“Si el diputado de la Nación sabe que hay un ‘tongo’ debería haber denunciado eso, tiene la obligación de hacer la denuncia por ser funcionario público”, manifestó por LT9 el director del l Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio), Armando Perichón.

Puntualmente sobre la fake news repetida por Milei el domingo, manifestó: “Él habla de 300.000 muertes por año en la Argentina, es correcto, es más o menos es la cifra que el Ministerio de Salud de la Nación. Es cierto también que hay aproximadamente 7.000 pacientes en lista de espera. Lo que obvia entre medio de esas dos cifras es que no cualquiera puede ser donante de órganos. Para ser donante, por más que fallezcan 300.000 personas, tienen que darse algunas condiciones”.

En este punto, el doctor señaló que para ser donantes la muerte de una persona tiene que darse en una Unidad de Terapia Intensiva. “Son fallecimientos a través de la muerte encefálica, es aproximadamente el 1% de las muertes anuales de un hospital de emergencia. Es decir, cuatro de cada mil muertos, tanto en Argentina como en el mundo”.

“No se puede debatir algo que se tomó a la ligera como se tomó y que en realidad no es así. Para que se produzca la muerte encefálica tiene que haber una destrucción masiva del sistema neurológico central del cerebro con indemnidad del resto del cuerpo. Para eso hay tres maneras, un ACV, la inundación de sangre en el cerebro; el traumatismo craneoencefálico, que puede darse por un accidente de tránsito; o un disparo en la cabeza”, explicó.

Y agregó: “De estas tres maneras de morirse en el mundo salen el 99% de los donantes. Si se tiene en cuenta todo esto aparece una cifra totalmente diferente. Por eso hay que corregir el número de las 300.000 personas que se mueren en Argentina, porque pueden ser fallecimientos en sus casas, en la calle, en la vía pública, o en hospitales pero no en terapia intensiva. Y muchas de esas muertes son por enfermedades crónicas no transmisibles”.

Vale recodar que ante un cuestionamiento de Patricia Bullrich sobre sus afirmaciones acerca crear un mercado de órganos, el líder de la ultraderecha había dicho: “Tampoco proponemos la venta de órganos. Lo que nosotros decimos es que hay 7 mil personas esperando un trasplante y 300 mil potenciales donantes y hay algo que no funciona en el medio y que genera un montón de corrupción”.

Fuente: LT9

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