El jefe de Gabinete se reunió con los bloques de la oposición dialoguista en la Cámara Baja y les dijo que “si quieren insistir con la versión original, adelante”. Bronca en el Senado y los movimientos que vienen desde principios de Mayo. La delgada línea para encontrar una síntesis que no empeore el vínculo de los hermanos Milei con Villarruel.

Los movimientos que Karina Milei puso en marcha el 9 de mayo, durante el segundo paro nacional de las centrales sindicales contra su hermano, comenzaron a echar raíces un mes después, en el despacho de uno de sus dirigentes más cercanos. Este jueves, cuando todavía no habían pasado 24 horas de la aprobación en el Senado de la Ley Bases y del Paquete Fiscal, el presidente de la Cámara Baja, Martin Menem, reunió en su despacho al jefe de Gabinete, Guillermo Francos y a las autoridades de los bloques de la oposición dialoguista, para que descarten los cambios introducidos en la Cámara Alta y ratifiquen los textos que aprobaron el 30 de abril, en la versión original de los dos textos.

La ley bases y el paquete fiscal comenzaron su camino legislativo en Diputados, pero en el Senado tuvieron cambios y dieron paso a «la ley posible», quizás lejos de los deseos iniciales del Ejecutivo, pero mejor que un fracaso total para las dos primeras leyes del gobierno. Los dos textos aprobados en el Senado deberán volver a la cámara de origen y sus integrantes podrán incluir las modificaciones o rechazarlas por mayoría simple, salvo que los cambios del Senado sean aprobados por dos tercios. En ese caso, podrían ser anulados por Diputados, pero con la misma cantidad, un número que el oficialismo  no logra a juntar. De todos los puntos, quedó uno que no podrá sufrir más cambios. El blanqueo, bajo el título de Régimen de Regularización de Activos, fue aprobado por unanimidad, en una combinación de respaldos de todos los bloques del Senado: macristas, peronistas, radicales y provinciales que llegaron a la unanimidad del recinto de la Cámara Alta por única vez. Ese número impide que sea empardado y ya quedó firme.

«Si ustedes quieren insistir, adelante», les dijo Francos a los legisladores que se juntaron para escucharlo y pedirle definiciones. Querían saber si el Gobierno asumió compromisos políticos con gobernadores y senadores para llegar a la aprobación en la Cámara Alta, que se concretó en la madrugada de este miércoles. Fue producto de una compleja negociación que comenzó apenas llegaron los dos giros de la Cámara de Diputados. Para poder llegar a los dictámenes de mayoría que se firmaron la semana pasada, la Casa Rosada tuvo que reordenar su táctica negociadora. En el medio rodó la cabeza del entonces jefe de Gabinete, Nicolás Posse y fue reemplazado por Francos, que comenzó a ceder ante los reclamos de la oposición. Aceptó una serie de modificaciones para evitar que los dos textos quedaran varados en el Senado. Así pudo sortear una durísima derrota legislativa, pero a cambio de estirar el trámite, porque la inserción de cambios implicó el regreso de ambos textos a la cámara de origen, es decir a Diputados.

«Nosotros les preguntamos si había algunas modificaciones que debíamos preservar,  pero nos dijeron que avancemos con insistir en la versión que aprobamos», contó uno de los participantes de la reunión donde participaron Cristian Ritondo, Silvia Lospenatto y Silvana Giudice (PRO), junto a Rodrigo De Loredo (UCR), Juan Manuel López (Coalición Cívica), Miguel Pichetto y Juan Brugge (Hacemos Coalición Federal), Pamela Calleti (Innovación Federal) y Carolina Píparo (Buenos Aires Libre). Por el bloque oficialista participaron Nicolás Mayoraz, Gabriel Bornoroni, Santiago Santurio y Eduardo «Lule» Menem, primo del titular de la Cámara Baja y funcionario de la secretaría General de la Presidencia.

Francos les dijo que la aspiración del Gobierno es insistir con la versión del paquete fiscal, especialmente por dos votaciones adversas. La cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias fue rechazada por 41 votos frente a 36 apoyos y las modificaciones para el Impuesto a los Bienes Personales tampoco prosperaron, en una votación de 37 rechazos contra 35 respaldos. Ahí están los dos objetivos de mínima. El Gobierno espera que sean ratificados esos dos artículos para desconocer los cambios incluídos en el Senado. Es el punto de partida, porque Francos también espera que los cambios en el paquete de privatizaciones vuelvan para atrás.

«No queremos anular todo lo que venga del Senado, pero buscamos una síntesis», confió uno de los funcionarios que participó para evitar que la relación con la Cámara Alta vuelva a un momento turbulento. En el entorno de la vicepresidenta Victoria Villarruel ya anticiparon, desde el 9 de mayo, que si la idea es desconocer las modificaciones y desautorizar la negociación que no esperen más gestos del Senado en el futuro. «No les vamos a votar ninguna ley más si nos dejan pedaleando», advirtió una alta fuente de ese recinto para transmitir el malestar que les provoca haber sacado la ley y que la mayoría de los cambios sean descartados por mayoría simple de la cámara de origen.

En el bloque del PRO confiaron que hay fechas tentativas. Se podrían tratar «el martes 25 los plenarios de comisiones, y el jueves 27 sería la sesión para darle un punto final al tema». El bloque que lidera Ritondo anticipó que acompañará. «En algunos artículos donde hubo modificaciones en el Senado, y el gobierno está de acuerdo, las vamos a acompañar. En otras, donde se hicieron modificaciones que no estaban acordadas, vamos a insistir con la redacción original, por ejemplo con el tema de ganancias, bienes personales y RIGI», detallaron cerca de Ritondo.

Las votaciones del miércoles por la noche exhibieron lo trabajadas que estaban las negociaciones en el Senado antes de llegar al recinto. Villarruel tuvo que desempatar en 3 oportunidades sobre un dictamen que tenía una serie de nuevos cambios. El gobierno incluyó una serie de concesiones de ultimo momento, como la decisión del oficialismo de retirar la anulación de la moratoria jubilatoria y también la creación de una prestación previsional proporcional. A eso sumó la decisión de sacar a Aerolíneas Argentinas, el Correo y Radio y Televisión Argentina del paquete de privatizaciones, entre otros gestos de distensión para evitar derrotas previsibles. Por la madrugada siguió el debate del paquete fiscal y las dificultades quedaron más al desnudo, porque la oposición pudo rechazar la restitución de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y también el Impuesto a los Bienes Personales. El Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI) también tuvo modificaciones y fue acotado a cinco sectores. Ahí podría ocurrir una aceptación de Diputados, porque el grueso del régimen no fue alterado.

La aprobación del Senado implicó más de 40 cambios y son materia de la redacción final del giro que recibirá Diputados en segunda revisión. Fuentes parlamentarias confiaron que todavía no salió de la Cámara Alta porque están revisando las versiones taquigráficas para terminar de plasmar las correcciones.

El giro del Senado todavía no llegó a Diputados. La reunión de este jueves buscó anticiparse y aplicar en los hechos la estrategia que comenzó a cocinarse en el despacho de la secretaria General de la Presidencia. Ese 9 de mayo se reunió con las autoridades del PRO y de La Libertad Avanza en la Cámara Baja para hacer un balance sobre la articulación que les había permitido llegar a la media sanción. No fue el único cometido del encuentro donde también estuvo el titular de la Cámara Baja, Martín Menem. Hubo un objetivo mas ambicioso que aumentó la tensión de los hermanos Milei con Villarruel. Todos los presentes en ese encuentro analizaron la posibilidad de parapetarse detrás de las mayorías conseguidas y desconocer los eventuales cambios que fueran negociados en el Senado. Allí surgió la primera alarma. Los gestos no se detuvieron.

La semana pasada el vicejefe de Gabinete José Rolandi tuvo otra reunión con los jefes de los bloques dialoguistas en Diputados, muy similar a la que protagonizó Francos este jueves. Repasó cada una de las mayorías obtenidas y avanzó en los poroteos preventivos, cuando todavía no se habian cerrado las negociaciones en el Senado, ni se habían firmado los dictámenes de mayoría. Pichetto estuvo este lunes en la Casa Rosada con Francos, detrás del mismo tema. Fue la previa de la reunión que se concretó en el despacho de Menem.

En el Senado siguen con detalle los movimientos. Villarruel quedó empoderada con más desempates de los esperados. La cantidad de obstáculos que pudo sortear le dieron una legitimidad que hasta ahora no tenía. El plan de Karina para volver a la versión original lleva más de un mes y nunca se detuvo. «Si lo hacen, que se hagan cargo, porque lo único que va a pasar por este recinto será el pliego de (el juez federal Ariel) Lijo para la Corte y después de esto no se mueve más nada», insistieron cerca de la vicepresidenta. Francos no quiere que el vínculo empeore. Por eso sus colaboradores hablan de buscar una síntesis, aunque el planteo que escucharon los diputados fue que avancen en todas las ratificaciones que puedan.

Fuente: Tiempo Argentino

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