La actual conducción del club pretende llegar de una manera “ordenada” al final de su mandato, con el gran desafío de hacerle frente y desactivar la inhibición de Alberto Espínola.
Colón ingresa en el último tramo de la gestión encabezada por Víctor Godano, en un cierre de ciclo que encuentra a la dirigencia enfocada en ordenar las cuentas, estabilizar lo institucional y dejar un club en funcionamiento, de cara al proceso electoral que se avecina.
Con poco menos de un mes por delante antes de la Asamblea de Socios, prevista entre el 18 y el 20 de noviembre, la actual Comisión Directiva trabaja para cumplir compromisos pendientes y proyectar una transición lo más clara posible.
Desafíos económicos en el cierre del mandato
Uno de los principales objetivos de este tramo final es normalizar la situación económica. La conducción sabalera busca resolver inhibiciones vigentes y mantener los pagos al día, especialmente los vinculados a deudas con jugadores y clubes del exterior.
La actual tesorería gestiona recursos para afrontar esos compromisos y dejar previsibilidad a las autoridades que asuman en diciembre, con un esquema de ingresos que incluye cuotas por cobrar de transferencias y ventas anteriores, entre ellas las de Racing y Platense.
Aun en un contexto complejo, el oficialismo subraya que Colón se mantiene en funcionamiento y con su estructura institucional activa, con la meta de evitar sobresaltos administrativos.
Continuidad deportiva y planificación
Otro tema que atraviesa el cierre de la gestión es el futuro deportivo, particularmente la definición sobre la continuidad de Ezequiel Medrán al frente del primer equipo.
Si bien el entrenador tiene contrato vigente hasta diciembre de 2026, la decisión final sobre su continuidad dependerá de la nueva Comisión Directiva. La actual gestión mantiene su respaldo al proyecto, pero evita condicionamientos políticos en la transición.
Además, se busca preservar la base del plantel y garantizar estabilidad para que el cuerpo técnico pueda planificar la próxima pretemporada, más allá del recambio dirigencial que se aproxima.
Un cierre con autocrítica y compromiso
Desde el seno de la actual conducción se asume que el proceso no estuvo exento de dificultades. El descenso, el golpe deportivo y el desgaste propio de la gestión marcaron un camino que los dirigentes reconocen como “duro y exigente”.
Sin embargo, en el tramo final, el objetivo es dejar una institución ordenada, con sus obligaciones encauzadas y una estructura lista para continuar funcionando sin sobresaltos.
La gestión Godano se apresta así a cerrar su ciclo en Colón con la convicción de haber sostenido al club en momentos adversos y con el compromiso de una transición responsable, en la antesala de una nueva etapa institucional que marcará el futuro del Sabalero.
Fuente: Diez en Deportes

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