hablamos con Cecilia Santamaría, la Madre de Julián Castillo. El tema principal de la conversación será su pedido constante de justicia para esclarecer la muerte de su hijo, Julián Castillo. Ya han pasado dos años desde su fallecimiento, y la justicia de Santa Fe aún no ha dado respuestas claras. La muerte de Julián no fue un fatal destino, sino una tragedia evitable, producto de la desidia y la falta de respuestas oportunas.

Además, Cecilia nos comenta sobre la peña “Justicia por Juli” que se realizará este jueves en el Solar de las Artes. Este evento es una forma de mantener viva la demanda de justicia y recordar a Julián.

La memoria de Santamaría dibuja a su hijo como un ser profundamente humano: Julián era una persona extraordinariamente comprometida, un militante apasionado del arte en todas sus formas. Su sensibilidad era palpable, y las injusticias lo herían profundamente. Tenía una vida social rica y activa, tejida de afectos y proyectos. Su reflexión se expande hacia una crítica social punzante: Pienso en el desamparo que vive nuestra juventud, en la precariedad laboral que mina sus esperanzas, en la falta de un cobijo real para sus sueños y aspiraciones.

La indignación se hace presente al abordar la actuación de las fuerzas de seguridad: Procedieron como si se tratara de una detención común, desprovistos de las herramientas y la capacitación necesarias para abordar una crisis de salud mental. Su accionar, lamentablemente, se inscribe en una lógica de uso desmedido de la fuerza.

Con claridad, explica un principio fundamental: Como regla esencial en cualquier detención, la Policía debe actuar de manera de no infligir daño alguno a la persona detenida. Existe una asimetría de poder evidente, una ventaja considerable por parte del funcionario público. Cuando esta situación se combina con problemas de salud preexistentes, la respuesta debería ser diametralmente opuesta: contener la situación con calma y solicitar de inmediato la intervención de personal especializado, capaz de brindar la ayuda y la contención necesarias.

Finalmente, Cecilia concluye con un llamado a la transformación: Es imperativo extraer lecciones de esta tragedia, generar una profunda conciencia social para erradicar la criminalización de las situaciones de consumo problemático. No podemos seguir equiparando una crisis de salud con un acto delictivo. Necesitamos una mirada humana, empática, que priorice el cuidado y la recuperación, en lugar del castigo y el abandono.

Escucha la entrevista completa:

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