Impresionante operativo en las inmediaciones del parlamento: 5.000 agentes de seguridad y hasta un artefacto antidrones. No hay movilización mileísta.
Un efectivo policial cada tres metros, desde avenida de Mayo hasta que Rivadavia se choca con Callao. Los 5.000 integrantes de las fuerzas desplegados para el operativo de la apertura de sesiones convirtieron los alrededores del Congreso en una virtual zona militarizada para recibir a Javier Milei en su primer 1M.
No es una metáfora: a 100 metros de la explanada del Parlamento, personal militar desplegó un artefacto antidrones. Se puede ver entre las banderas del MST, el PTS, asambleas barriales y otros grupos de Izquierda -ubicados en las antípodas del anarcocapitalista- que coparon la zona de paradas de colectivos frente a la plaza. El transporte, claro, está todo cortado.
Otras siglas representan a la mayor parte de personas que rodean el Congreso: PSA y PFA, además de Gendarmería y trabajadores porteños de Transporte.
El peronismo tampoco se movilizó orgánicamente. Apenas hizo acto de presencia en forma de remeras de un mantero. Negociante, intercaló diseños de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner con el rostro del Che Guevara, una figura más comercializable para la izquierda.
Javier Milei y la dictadura
Otros no prepararon nada y se contentan con gritarle a los granadores a caballo que esperan para acompañar al Jefe de Estado los últimos metros. “Milei, basura, vos sos la dictadura”, suena un par de veces. Una mujer les recrimina que en lugar de llevar la bandera argentina deberían tener la norteamericana. Nadie responde. Los caballos dejan un olor que recuerda a La Rural.
Una decena de parrillas anticipó más gente de la que había en la plaza. Entre devaluación e inflación, el choripán se vende a tres mil pesos. Menos de tres dólares, comparará un libertario. Lo dirá en las redes sociales, porque, a menos de una hora del discurso presidencial, el mileísmo brilla por su ausencia en los alrededores del Congreso .
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