Tren Urbano dialogó con Eduardo Donza, investigador del Observatorio de la Deuda Social, sobre el último informe de la UCA que registró un aumento de la pobreza llegando a 31,3%.

“Este informe hace una medición de la pobreza de una forma multidimensional. Hay una tradición en América latina de medición de pobreza por ingreso”. Este informe además suma “una medición de cuáles son los derechos vulnerados”, derecho a la salud, a la educación, a la alimentación, a la vivienda. Por ejemplo si los niños asisten al colegio, el sistema de seguridad social, si tuvieron que reducir alimentos, las condiciones de la vivienda, los servicios, si hay agua potable, cloacas, explicó el investigador.

En Argentina hace ya varias décadas que venimos con niveles de pobreza altos, entonces no es un problema de la coyuntura de falta de ingresos, que puede ser que en la familia se perdió un ingreso pero que después consigue trabajo y recupera. Esa pobreza de ingreso viene en una forma estructural acompañada por una serie de indicadores de derechos que son vulnerados”, indicó.

Hay una cuestión estructural que viene de hace décadas y ahora se sumó la coyuntura: la devaluación y el aumento generalizado de precios, sobre todo de alimentos, y la inflación. Eso “impacto en la estructura productiva, en el consumo, hubo una baja en el mercado de trabajo, un aumento de la precarización, pérdida de puestos de trabajo, que llevaron a un escenario de menor ingreso de las familias. Entonces se juntó el aumento de precios y la baja de los ingresos. Y por eso se incrementó el porcentaje de población en situación de pobreza”, remarcó.

El número del aumento de pobres era, lamentablemente, esperado por el contexto de aumento de precios, y ya las estadísticas estaban mostrando una complejización en el mercado de trabajo. Y casi siempre esos ajustes caen en los sectores más vulnerables”, afirmó.

Los niveles más altos de pobreza históricamente se encuentran en el noreste y noroeste del país, y también en los cordones de las grandes ciudades donde se agravó. “Esto nos lleva a tomar conciencia de la importancia de las economías regionales, porque los que se concentran muchas veces son migrantes internos. Familias que no tienen posibilidad de trabajo en su lugar de origen se trasladan a las grandes ciudades que están más cerca de la presencia del estado, escuelas, hospitales y posibilidad de hacer alguna changa. Si logramos desarrollar las economías regionales las familias no tendrían que hacer ese tipo de traslados engrosando la pobreza en las grandes ciudades”, concluyó.

Escuchá la entrevista:

Comenta sobre esta publicación