Según Fisfe, por primera vez desde la salida de pandemia, la creación de puestos de trabajo retrocedió en Santa Fe.

La recesión se refleja ahora en todos los rubros de la industria. Y es la primera vez en los últimos 34 meses que el entramado de producción manufacturera exhibe en general un índice negativo de capacidad de empleo. Un informe privado señala que en los últimos tres meses se destruyeron 11.600 puestos de trabajo registrado en la provincia de Santa Fe. El mayor determinante es la abrupta paralización de la obra pública, que clavó los rubros vinculados a la construcción. Empieza a sobrar capacidad instalada, turnos laborales, trabajadores.

El panorama es sombrío en el último informe que la Federación Industrial de Santa Fe divulgó ayer con datos de la actividad económica provincial en marzo. De 19 rubros relevados, solo uno exhibe un crecimiento por razones visibles. La molienda de oleaginosas mostró ese mes un despertar interanual del 33,8% debido al inicio de la cosecha gruesa, en contraste con la campaña 2022/23 que la sequía arruinó.

Fuera del agite en el complejo aceitero –que no es un gran tomador de mano de obra en comparación con otros rubros fabriles–, los demás disminuyeron su actividad por la desecación del mercado. Lo peor atraviesa la industria siderúrgica (-82%), y ahí se explica el parate de Acindar programado para estos días y por tiempo indefinido. Siguen en el fondo del ranking:

  • Vehículos automores (-58.2%)
  • Maquinaria agropecuaria (-48.7%)
  • Muebles y colchones (-46.5%)
  • Carrocerías y semirremolques (-45.8%)
  • Manufacturas de plástico (-23.9%)
  • Producción láctea (-21.5%)
  • Prendas de vestir (-18.6%)
  • Carne vacuna (-16.1%)
  • Fiambres y embutidos (-15.7%)
  • Autopartes (-12.7%)

Esta lista enumera sólo los rubros principales. Hay más. El promedio general da una retracción de la industria santafesina de 18% interanual.

La consecuencia inmediata ha sido el empleo. El relevamiento de Fisfe se posa sobre el universo de 541.000 trabajadores asalariados registrados en la provincia de Santa Fe, y señala que ha experimentado cierta contracción interanual: 0,1% en enero, 0,2% en febrero. Casi nada en términos porcentuales, pero en vidas reales, hogares y familias concretas, equivale a decir que en el primer trimestre por lo menos hubo 11.600 personas que perdieron su trabajo formal.

El rubro que acusó esta retracción con mayor sesgo es la construcción, que mostró una baja de 9,6% interanual: esto es que sobre un total de 33.000 empleos que había el año pasado, hubo en febrero 3.500 trabajadores que se cayeron del sistema.

En términos de población ocupada, la industria santafesina atraviesa el peor momento comparable incluso con el parate forzoso que impuso la pandemia de covid 19. Lo de este verano han sido las dos primeras caídas acumuladas de empleo luego de 34 meses de mejoras, desde la salida del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO), en marzo de 2021, hasta diciembre de 2023, inicio del gobierno de La Libertad Avanza.

Desagregado el sector de la industria manufacturera, dentro de la economía provincial, el universo de trabajadores asalariados registrados contaba el año pasado 139.600 personas. Desde mediados de la pandemia y hasta febrero siempre venía sumando en la creación de empleo. Pero entonces tuvo el primer retroceso luego de 41 meses de resultados positivos. Es decir, desde setiembre de 2020 hasta enero 2024.

Señala el documento de Fisfe que el empleo industrial formal se achicó 0,2% en febrero pasado respecto del mismo mes de 2023. Significa que en este verano la industria santafesina perdió 1.300 puestos de trabajo como consecuencia de la recesión.

El estudio de la entidad que agrupa a todas las ramas de la industria local consultó las “expectativas” de los empresarios, como un indicador de lo que puede depararle al empleo de aquí en más. “El sector continúa mostrando resultado negativo –apunta el dossier en sus conclusiones –. La mitad de las industrias relevadas recientemente considera que la demanda interna y la capacidad instalada disminuirá durante el segundo trimestre de 2024”.

En ese sentido, el 22% de los industriales “espera una baja de su dotación de personal”, y el 30% se inclina por “reducir las horas trabajadas por el personal”. Solo una ínfima porción de empresarios mostró expectativas positivas.

Fuente: Sin Mordaza

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