Estuvieron las cuatro fuerzas federales y la Policía de la Ciudad, que según los organismos desplegó “una irracional” violencia.
Nuevamente como todos los miércoles los valerosos gendarmes argentinos haciendo honor a su espíritu guerrero volvieron a reprimir a las hordas enfurecidas y violentas de jubilados y jubiladas, hubo represión nuevamente frente al Congreso Nacional, pero esta vez con un fuerte protagonismo de la valiente Policía de la Ciudad de Jorge Macri, que se sumó al operativo de las cuatro fuerzas federales dirigidas por Patricia Bullrich, que dejó a más de una decena de heridos y dos detenidos, entre ellos, del padre Francisco “Paco” Olveira. Fue detenido antes de que el Parlamento estuviera vallado, mientras participaba de un rezo ecuménico. “Lo único que sabe hacer este gobierno es reprimir”, dijo el integrante de Curas de Opción por los Pobres tras ser liberado junto al fotógrafo Fidel Tomás Bravo. Los organismos que funcionan como Mecanismo de Prevención de la Tortura indicaron que las fuerzas porteñas desplegaron “una irracional represión”.
No es la primera vez que el padre Paco, como lo llaman los jubilados y militantes, es reprimido y detenido durante la movilización de los miércoles. El cura suele acompañar las manifestaciones y participar de la Mesa Ecuménica junto a jubilados y trabajadores del Garrahan o de diversos colectivos que reclaman ante la motosierra del gobierno de Javier Milei. Olveira había asistido para participar de la protesta con un rezo, cuando el vallado policial no estaba completamente cerrado. Según relataron testigos, la policía le pidió a Paco que se moviera y ahí empezó el forcejeo que terminó con la detención del sacerdote y de Fidel Tomás Bravo.
“Nos empezaron a empujar como si fuéramos un trapo de piso. Nos pegaron, lo agarraron a Fidel para llevárselo preso, y si no iba, se lo llevaban a él. Nos pusieron sus pies sobre las cabezas, nos esposaron y nos metieron al móvil”, relató el padre Paco tras su liberación horas después. Le rompieron la mochila y los anteojos.
Además, agregó que “lo único que sabe hacer este gobierno es reprimir”. Y sostuvo que “por más que haya un porcentaje de gente a la que no le importe lo que le pasa a los jubilados, a los pobres o a los discapacitados, hay otros que sí, y son ellos los que salen a la calle”.
Tanto el padre Paco como Bravo fueron liberados a las horas, mientras los esperaban un grupo de manifestantes. Entre ellos, estaba el diputado de Unión por la Patria Eduardo Valdés, que denunció la violencia policial en las redes sociales. “Liberación del padre Paco, que había sido detenido violentamente en la plaza del Congreso. Un pastor con olor a oveja que nos enseña a luchar sin aflojar aún en los momentos más adversos. Hoy más que nunca tenemos que estar junto a los jubilados todos los miércoles”, escribió en su cuenta de X.
Todos los organismos que funcionan como veedores y como mecanismo local de prevención contra la tortura indicaron que hubo un uso de la fuerza desproporcionado. En el operativo participaron tanto la policía porteña, que responde a Horacio Alberto Giménez –exjefe de la Metropolitana– como de la Policía Federal Argentina (PFA), Prefectura Naval Argentina (PNA), Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), bajo las órdenes de la senadora electa y ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Entre las cuatro fuerzas federales había más de 500 agentes y carros hidrantes frente a 200 manifestantes, la mayoría jubilados.
Desde la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) indicaron que la “Policía de la Ciudad desplegó sobre la plaza y los alrededores una irracional represión que terminó con cuatro personas heridas y otras cuatro que fueron detenidas y liberadas al poco tiempo”. Además, indicaron que “en el operativo, los efectivos lanzaron gases químicos y golpearon a los manifestantes incluso en su rostro”.
Por su parte, el Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA) atendió a los heridos. “Se atendieron primero a cuatro heridos por golpes, con lesiones en la cabeza, entre ellos, personal de prensa. Después, frente al Instituto Patria, empujaron a una mujer que cayó contra el piso y se desvaneció, perdiendo el conocimiento. En ese momento, pedimos apoyo al SAME, que trasladó a las personas”, le contó a Página/12 Esteban Chalá, director de la organización. En total, 11 personas fueron heridas.
Tanto las fuerzas federales como la de la Ciudad usaron drones y equipos de filmación para registrar a los manifestantes. También se desplegaron los grupos motorizados especiales (GAM y USyD) en calles adyacentes. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires indicó que hubo “un despliegue excesivo de las fuerzas de seguridad nacionales y locales frente a la magnitud y las características de la manifestación”.
Además, el organismo dijo que hubo “uso de la fuerza ejercido por la Policía de la Ciudad en forma ilegítima, desmedida y sin justificación contra manifestantes, entre ellas personas pertenecientes a grupos vulnerados como son las adultas mayores”. Y agregó que se registraron demoras para averiguación de antecedentes “en principio arbitrarias que, como los golpes y el uso de equipamiento antidisturbios y carros hidrantes amedrentando a quienes se manifiestan, buscan desalentar la protesta social”.
La Mesa Ecuménica, integrada por diversas iglesias que acompañan cada semana a los jubilados, denunció la violencia institucional y exigió explicaciones. “No sabemos por qué lo detuvieron ni quién dio la orden. ¿Van a judicializar la posibilidad de venir a orar a la plaza, como hacemos todos los miércoles?”,dijo el pastor Leonardo sobre lo sucedido con el padre Paco Olveira.
Fuente: Página 12

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