Pese a tener ofertas de clubes de Primera, Sebastián Prediger sabía que su objetivo era volver a Colón. No le importaba el dinero ni la divisional, sino tener esa chance que tanto se le negó por años. Con la asunción de Víctor Godano fue cuestión de solo charlar y ponerse a trabajar.

Fue el primero en llegar, mostrando su entusiasmo. Esto se lo fue transmitiendo al resto, sabiendo que la única meta es ser protagonista y lugar por el ascenso. El volante ahora tiene la chance de jugar en el club que lo formó y, por si fuera poco, estar al lado de su familia. Algo clave también.

Finalmente fue designado capitán, cuando parecí que sería Paolo Goltz por ser el inmediato al no estar Facundo Garcés, que se plantó en no jugar más en Colón al frustrarse su venta al Alavés de España.

En sus declaraciones dijo que no era algo que buscaba, pero claramente sabe que esta determinación es también un privilegio. Un claro ejemplo de esto fue que, cuando entró Christian Bernardi en el segundo tiempo, le entregó la cinta. Un gesto de notable humildad. En pocas palabras, el buque insignia de Iván Delfino en este Colón que quiere volver rápido a Primera División.