Primero fueron las rejas, después las alarmas y los grupos de WhatsApp. Ahora montan centros de videovigilancia propios por cuadra para amedrentar a los ladrones.

Por Valentina Fassi

La inseguridad golpea fuerte a los vecinos de la Costa. Están cansados de los robos y la falta de respuestas. Primero pusieron rejas, después muchos alarmas. Ni los grupos de WhatsApp para mantenerse conectados y alertas fueron suficientes. “Nada alcanza”, repiten. Ahora llegó el momento de las cámaras comunitarias. Se organizan para colocar centros de videovigilancia propios en las calles y amedrentar a los ladrones.Para algunos fue en principio una solución, pero siguen registrándose robos a toda hora. Hartazgo e indignación.

No es una novedad, es una situación que se repite a diario; pero resuena cuando los vecinos se movilizan. “Cada vez está peor, te entran a robar a la mañana, a la siesta, a la tarde”, relata Martín que vive en Colastiné Norte y con sus vecinos convocaron en el mediodía de este martes un encuentro para visibilizar el problema de inseguridad que están sufriendo.

En los últimos años los grupos de WhatsApp de vecinos de la Costa comenzaron a transformarse en una especie de vigilancia de 24 horas, siempre alerta a situaciones de inseguridad. Otros se habían juntado para colocar alarmas comunitarias (conectadas al centro de monitoreo municipal en coordinación con el 911), logrando buenos resultados. Pero desde un tiempo a esta parte en la zona se fueron multiplicando los centros de videovigilancia comunitarios con cámaras en las calles; una forma de alejar, de alguna manera, a los ladrones.

Nicolás es uno de los impulsores de esto en su cuadra de Colastiné Norte (al este de la Ruta Provincial Nº 1). Cuando hace dos años se fue a vivir al barrio comenzó a sufrir innumerable cantidad de robos en el exterior de su casa, pero un día se despertó en la madrugada y ladrones lo estaban apuntando con una pistola. Fue un antes y un después para él y sus vecinos.

“Cuando me pasó eso convocamos a una reunión en el grupo de WhatsApp y con el miedo que teníamos todos decidimos poner cámaras de seguridad comunitarias porque no obtuvimos respuesta desde el municipio”, comentó

Buscaron presupuesto, dividieron los gastos y en agosto de 2018 montaron el sistema, con muy buenos resultados. “Averiguamos y entre las más de 20 familias que somos colocamos unas siete cámaras a la calle. Desde que las pusimos no tuvimos hechos graves. Fue una solución para nuestra cuadra”, señaló Nicolás.

Varios lugareños los consultaron y copiaron la iniciativa. Cintia y sus vecinos las colocaron a finales del año pasado, también tomaron la decisión después de hechos violentos. “Nos organizamos porque no tuvimos respuesta al problema de inseguridad. Fueron muchos hechos juntos con robos a vecinos que encontraron a los delincuentes adentro de sus casas y dijimos basta”, sentenció.

Así fue como instalaron seis cámaras en unos 150 metros de frente y entre más de 15 vecinos. El sistema, similar al que se instala en las casas o empresas, se completa con una central, que según cuentan la montan en una de las casas con buena conexión a internet para así poder todos monitorear las imágenes, incluso hasta desde sus celulares. “Son como 10 o 15 grupos de diferentes zonas los que tienen el mismo sistema”, agregó Cintia.

Antes de llegar, después que se van, cuando es de noche y están por guardar el auto, los vecinos utilizan las cámaras para sentirse más seguros. “Tuvimos menos problemas con las cámaras. Persuaden. Y si hay inconvenientes por lo menos te queda el video para saber por dónde entraron y con eso hacemos la denuncia”, comentó la vecina.

La traba para muchos vecinos es el costo, que es más elevado que un sistema de cámaras casero porque necesita de una instalación exterior que requiere más material y equipamiento.

Desde las empresas que brindan este servicio de videovigilancia indican que desde el año pasado se multiplicaron las instalaciones de estos sistemas comunitarios exteriores en la zona de la Costa; y agregan que las consultas son muchas, pero solo las colocan los que pueden lograr organizarse para pagarlo. 

Un problema “de siempre”

A pesar de eso, el problema de la inseguridad sigue. Marcelo vive hace 40 años al oeste del kilómetro 2,5 de la Ruta Nº 1 y recuerda que “antes robaban las casas de fin de semana que estaban solas, pero el último tiempo entran hasta con gente adentro, eso nunca pasó”.

Los vecinos de la costa aseguran que hay una ola de robos que se hace sentir con el comienzo de las actividades escolares y laborales, acompañadas de lapsos más largos de las familias fuera de casa.

“Estamos desorientados con el tema de cómo protegernos más. Ni los perros, ni las rejas, ni las cámaras los frena”, contó Martín, que vive en una zona donde algunos vecinos tiene sus cámaras propias y otras comunitarias.

“La semana asada entraron a un domicilio. Está filmado cómo arrancaron una reja y con un palo del dueño de casa le rompieron el vidrio y se metieron. El propietario no estaba y por su teléfono veía cómo le estaban robando y llamó a la Policía”, contó.

Muchos fueron los reclamos y en la Costa siguen sin respuesta. “Los políticos se acercan. Todos tienen proyectos, algunas cosas son muy buenas, otras muy futuristas; pero ¿y ahora?, hay que tomar una decisión para mañana. La inseguridad golpea a toda la ciudad y nadie hace nada”, sentenció el vecino.

Fuente: Uno Santa Fe

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