Se dice habitualmente, que los resultados en los partidos amistosos poco importan. Que estos encuentros justamente sirven para corregir errores e intentar desarrollar una idea de juego. Y en eso está el nuevo Unión que cambió de técnico y también de esquema táctico. Aunque la realidad indica que perdió dos y empató uno.

Se fueron muchos jugadores y vinieron otros y obviamente que no es fácil armar un equipo en poco tiempo. Eso sin dudas que es un atenuante a la hora de analizar el rendimiento de Unión. Pero también es verdad que en virtud de lo visto en los tres amistosos, son más las cuestiones negativas que las positivas.
A la hora de observar el vaso medio lleno, se podrá mencionar que Unión intenta ser protagonista, que el equipo juega unos metros más adelante de lo que lo hacía con Madelón. Que no apuesta al pelotazo, que busca jugar por abajo y que presenta un esquema audaz 4-3-3 con mayoría de jugadores de buen pie.

Las intenciones son buenas y la idea que baja el cuerpo técnico es clara. Lo que falta es poder desarrollarla dentro del campo de juego con mayor asiduidad y que redunde en cuestiones concretas. Dado que busca jugar en campo rival, pero eso no se traduce en situaciones de gol.

Al equipo le falta profundidad en los metros finales y depende muchas veces de lo que pueda hacer Javier Cabrera por derecha a la hora de enviar centros. El Cuqui Márquez participa del juego, pero debe tener mayor presencia dentro del área y lo de Franco Troyansky es mucha voluntad pero poca claridad.

En estos tres amistosos, Unión apenas marcó dos goles, uno de ellos de pelota quieta con un cabezazo de Ezequiel Cañete y el restante de penal por intermedio del Pocho Troyansky. Muy poco para un equipo que pretende ser protagonista y que pone en cancha tres delanteros y volantes que pisan el área rival.

Azconzábal tendrá que trabajar en ese aspecto, primero en la generación de juego y luego que eso se traduzca en chances de gol. Quizás el DT pueda resignar un punta para sumar un enganche como el caso de Gabriel Carabajal para que logre conectar mejor la línea de volantes con los puntas.

Obviamente que al buscar más en campo rival, Unión está más desprotegido que antes, los marcadores centrales juegan más arriba y el medio con tres volantes es más frágil a la hora de retroceder. Otro desafío del Vasco será encontrarle un equilibrio al equipo.

Que las buenas intenciones tengan mayor sustento, como para brindar confiabilidad. En pocos días Unión arranca su participación en la Copa Sudamericana y no hay margen de error. Sin dudas que estos tres amistosos le servirán de prueba para sacar conclusiones importantes y hacer un Unión más compacto y confiable.

Con información de UNO Santa Fe

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