Se trata de La Gozadera, que se define como un espacio “transfeminista no binario”

“Erradicar el odio y reivindicar los deseos personales de sentir, amar y ser”, es la frase de presentación de La Gozadera, el primer sex shop con perspectiva de género de Santa Fe. Se trata de un emprendimiento de cinco mujeres de la ciudad que militan los feminismos y el movimiento LGBTTTQ+. Celebran que venden “todo lo que quieren les waches” para estimular el placer y el goce.

“Un sex shop, transfeminista, no binario y con perspectiva de género reconoce no solo el feminismo, sino también todas las identidades, otros cuerpos, otros gustos. En este negocio, por lo que vemos, es que falta dejar de sexualizar a la mujer, de tratarla como objeto, de salir del falocentrismo, del binarismo. Y empezamos a buscar las palabras correctas, porque entendemos que hoy no se habla más de consoladores, sino de estimuladores, dildos, vibradores. Estos productos no son específicamente para un género, para hombres o para mujeres. Los puede usar cualquier persona que tenga ganas de probar”, explica Priscila Pereyra de La Gozadera.

Desde este sex shop se propusieron buscar otras formas de comunicación que se alejen de lo binario, es decir, que no apuntan a que determinados productos son para hombres o para mujeres: “Lo que vendemos puede ser para personas que tengan clítoris, o para personas con pene, o es para todes porque es para el ano”, agrega Luisina Schlapbach, integrante de La Gozadera. En relación al rechazo del término consolador, dicen: “No utilizamos juguetes sexuales para consolarnos. Sino para disfrutarnos, conocernos, mimarnos y ampliar nuevas sensaciones de placer. Sabemos que el abanico de juguetes eróticos va más allá de la básica forma de pene. La variedad de formas es creativamente genial. Y muchas sin siquiera considerar la penetración”.

“Muchos de los productos tienen packaging con el que no estamos de acuerdo. Hay cuestiones que vienen de fábrica. Por ejemplo en un lubricante anal decía en el frasco «para relaciones no convencionales», y para nosotras ahí empieza nuestra militancia como vendedoras. En ese caso hicimos una intervención en el producto y con un fibrón borramos esa parte, porque no aportaba ningún dato sobre la composición o el uso del producto sino que era un prejuicio. Nos pasa con un montón de productos. En otros casos las cajas vienen con imágenes de mujeres con cuerpos hegemónicos dispuestas en posiciones en donde se las sexualiza y optamos en crear nuestros propios envoltorios de tela con nuestra marca, que además los hacen otras compañeras que tienen una cooperativa textil. Vendemos y militamos”, agregó Priscila.

Al ser consultadas sobre cuál era la pregunta más frecuente en la interacción con compradores, Luisina respondió: “¿Y esto para qué sirve?”, entre risas. “Es lo que más quieren saber cuando ven nuestro catálogo online. A nosotras mismas nos pasaba cuando empezamos a buscar productos para vender que consultamos «y esto qué es, para qué sirve, cómo se usa, cuál me recomendás». Porque a lo mejor nunca fuiste antes a un sex shop. Todo el tiempo nos estamos informando para dar el mejor asesoramiento posible. Entonces muchas veces indicamos por ejemplo «este es un succionador y está diseñado para estimular el clítoris, o con este podés tocar el punto G, o un mini plug sirve para el ano, etc. y a medida de que les clientes te dicen de qué tienen ganas, vamos viendo qué es lo que podemos ofrecer”.

“También nos basamos en la experiencia nuestra, de conocidas y de clientes que probaron algunos productos o que ya vienen con algunos saberes, y que nos comentan cómo les fue. No todas tenemos los mismos gustos. Hay fetiches, hay estimuladores clitorianos, hay dildos, hay balitas. Tenemos distintos tipos de geles, por ejemplo que amplían efectos frío o calor, con sabores, para masajes, lubricantes naturales. Y además sobre los productos de plástico, por ejemplo, hay de diferentes texturas, durezas. Depende qué te guste”, expresó Priscila.

En relación a lo que más se vende, desde La Gozadera apuntaron: “Geles, lubricantes, balitas vibradoras, y mucho vibrador clitoriano. A veces cuando se piensa que se trata de un sex shop lo primero que se aparece en la mente es que lo que más sale es el dildo, vibrador o el mal llamado consolador. Y no, en realidad se están animando mucho a preguntar por los anillos vibradores, que es lo más pedido entre parejas heterosexuales, donde hay un pene y una vulva. También se puede usar sola. También el succionador de clítoris se puso muy de moda porque lo están recomendando muchas sexólogas, entonces la gente está a pleno. El cabezal se apoya en el clítoris entonces lo succiona y da pulsiones. No solo estimula la parte superficial sino también las partes internas. Quienes lo han probado nos dijeron que es muy zarpado”.

“Para alguien que recién quiera empezar, a lo mejor con masturbación, no es necesario irse a un dildo o un vibrador. Con un dedal por ejemplo te lo ponés en un dedo y te podés hacer una caricia y realmente encontrás algo distinto de ese amor propio que nos solemos dar. En soledad, o acompañadas, acompañados o acompañades. En lo que hacemos hincapié es en explorarse, en conocerse una porque como siempre estos temas fueron tabú y nos parece superimportante animarse a experimentarnos. No quiere decir que esto suplante nada, sino que es primordial conocerse una para poder disfrutar más la sensualidad. Y a la hora de compartirlo, disfrutarlo mucho más. No hay cosas que están bien, o que están mal. Lo que nos dicen mucho nuestras clientas y clientes es que vienen a este sex shop porque no tienen vergüenza de preguntar, lo importante es que encuentren lo que les guste”, concluyó Luisina.

Fuente: UNO Santa Fe

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