El Centro de Salud del barrio Las Vegas, de Santo Tomé, sufrió el robo de la bomba de agua por lo que se mantendrá cerrado hasta que la reemplacen.

El único Centro de Salud en el barrio Las Vegas de Santo Tomé cerró sus puertas debido al robo de la bomba de agua, que había sido comprada unos meses antes. El centro deberá suspender sus servicios ya que sin agua no pueden realizar sus tareas de higiene y limpieza.

Así lo informó Patricia Moré, delegada de UPCN, quien dijo que este nuevo hecho de inseguridad “perjudica a toda la comunidad porque es imposible dar el servicio”.

Comparó el robo con la maniobra de un cirujano, ya que no tocaron ni se llevaron computadoras, alimentos, medicamentos, vacunas o dinero. “Lo sacaron perfectamente con herramientas apropiadas para poder retirarlo, no hubo ni golpes ni violencia”.

Explicó que los ladrones rompieron una reja, ingresaron por una puerta que normalmente no se utiliza en el lugar y sustrajeron la bomba que permite la provisión de agua a todo el establecimiento, junto al ventilador industrial de la sala de espera.

“Esta bomba la compraron hace tres meses y salió entre 25 y 30.000 pesos. Con dinero del hospital que hasta se podría haber utilizado para otro recurso”, se lamentó la delegada.

Los ladrones forzaron una reja y solo se llevaron la bomba y un ventilador industrial de la sala de espera.

Los ladrones forzaron una reja y solo se llevaron la bomba y un ventilador industrial de la sala de espera.

Vocación vs. seguridad

“Los compañeros acordaron que van a prestar servicios en el Samco o en otros centros de salud cercanos y el Centro de Salud va a permanecer cerrado hasta que se pueda reemplazar la bomba de agua”, dijo Patricia Moré.

La representante de los trabajadores de la salud contó que los hechos delictivos son frecuentes en el centro, y que con las autoridades se acordó presencia policial en el edificio y un “corredor seguro” para llegar, pero agregó que deberán “analizar esta situación porque va a seguir repitiéndose por cuestiones inherentes al barrio”.

“El barrio es muy populoso y el centro de salud es el único representante del Estado dentro del barrio y es el que recibe toda la demanda, desde un hecho de violencia familiar a curaciones”, opinó.

Y agregó: “Esta política de salud en la que los centros de salud se han convertido en referentes barriales son los que conocen el terreno y una por una las familias que los rodean, que no se hace excepción en la atención de nadie. Por eso es mayor la sensación de tristeza”.

Moré destacó que el cese de servicios “perjudica a muchísima gente buena y trabajadora que ahí vive y que con mucho esfuerzo han ido levantando sus casas y son consecuentes con el personal de la sala” y por otro lado “hay gente sin escrúpulos que se dedica a hacer esto y les priva de tener la atención que necesita”.

Tristeza y precariedad

“La salud no es un gasto, es una inversión para todos”, dijo la representante de los trabajadores de salud. “Y si malgastamos nos quedan huecos que podrían ser destinados para otros pacientes”.

“Se nos hace muy difícil administrar en lo poco, porque aparte no nos está sobrando nada. Y encima agregarle la sensación de tristeza del personal”, dijo Moré, y concluyó: “Estamos cansados a veces de recibir pálidas únicamente. Mis compañeros hoy la tristeza más grande que tienen es de no poder ir a dar el servicio a la gente, y encima tenés que escuchar por otro lado que te digan «ah no quieren ir a trabajar»”.

Con información de UNO Santa Fe

Comenta sobre esta publicación