Buscan que se reglamente a su actividad como de “alto riesgo”. Cerca de la mitad trabaja más de 12 horas por jornada por la baja remuneración que perciben.

En el marco del Día Mundial de la Enfermería, que se conmemora cada 12 de mayo, los enfermeros santafesinos continúan su lucha para que su trabajo sea más valorado y que las condiciones laborales mejoren. “Hemos empezado a trabajar las reivindicaciones históricas del sector. El año pasado nos movilizamos en todo el país para ser incluidos en el artículo 25 de la ley 12.501, para que la enfermería sea considerada como actividad de alto riesgo y para que se aplique el reconocimiento profesional de los licenciados. Este año estamos coordinando el mismo reclamo porque nunca se nos ha escuchado y hoy la enfermería a nivel nacional empezó a ocupar un rol pro activo”, valoró Carlos Azogue, presidente del Colegio de Profesionales de Enfermería de Santa Fe (CPE).

El enfermero Manuel Peralta, quien es empleado del servicio cardiovascular del hospital Cullen y docente del instituto de enfermería, ubicado en el barrio Yapeyú de Santa Fe, analizó: “En los últimos diez años hay un crecimiento importante en las actividades y reconocimiento social para el cual venimos trabajando desde hace mucho. Las políticas públicas ayudaron desde la atención primaria ya que se puso en valor nuestro trabajo, con los nuevos centros de salud y la descentralización que se está dando”.

Precarización laboral

Otro de los puntos que desvalora a esta profesión médica es el poco salario que perciben y que los obliga a trabajar entre 12 y 14 horas diarias para alcanzar un sueldo que les permita vivir en mejores condiciones.

“La situación de la enfermería en Santa Fe no está en su mejor momento tenemos un sector importante de enfermeros que cumplen doble jornada laboral porque la realidad social y económica nos obliga para poder sostener el núcleo familiar”, resaltó Azogue y agregó que la instrumentación del escalafón a nivel nacional es negativo para el sector. En esta línea argumentó que “quita continuidad laboral y precariza el trabajo, ya que ingresa y sale continuamente del sistema de salud”.

Peralta también se refirió a esta problemática y dijo: “Casi el 50% de los enfermeros tienen doble empleo, algunos tienen una práctica en el sector público y privado, otros tienen un trabajo en relación de dependencia y actividades particulares como domiciliarias. En mi caso además de trabajar en el Cullen y en el instituto, trabajo en una clínica privada”.

Estella Ponce, es enfermera y trabajó en un geriátrico y en un centro de salud de la ciudad, hoy está sin un trabajo fijo y hace atención en domicilio para diferentes obras sociales. “Uno a veces se siente frustrado porque en mi caso soy paramédica y enfermera, todo para subirme algún día a una ambulancia y trabajar en la parte de emergencias, ese sería mi sueño, pero no se me dio la oportunidad”, se lamentó y destacó que estar en la parte pública sería la mejor opción al ser mejor remunerado.

“A pesar de que las obras sociales no cumplen y pagan muy poco, en mi caso un trabajo en domicilio de entre tres y cuatro horas sólo me pagan $ 150, pero uno lo hace igual porque muchas veces me da lástima el paciente y no lo podía dejar solo”, sostuvo la enfermera.

Sobre su profesión y las situaciones dolorosas que le toca vivir, Ponce comentó: “Hay pacientes que se nos van en los brazos y se establece un vínculo muy lindo con ellos y hasta con los familiares. Pero es una profesión muy dura y muchas veces está desvalorada, me ha pasado que los mismos médicos me ignoren, a pesar que somos compañeros”.

La lucha

Juan Carlos Trovetti, tesorero del CPE, explicó qué de reglamentarse la modificación al artículo 25 de la norma nacional, las condiciones laborales se modificarían: “Declarar a la enfermería como profesión de alto riesgo significaría que tengamos un régimen jubilatorio diferenciado, buscamos, además, una licencia profiláctica, la carga horaria hasta seis horas y la provisión de elementos de trabajos”.

Entre los objetivos ya cumplidos por el CPE, Trovetti remarcó que lograron contar con un seguro de mala praxis para los matriculados —alcanzan los 8.000 en los 12 departamentos provinciales de su jurisdicción—. “Es un seguro que se cubre sin importar el lugar donde se realice la práctica. Somos el primer colegio en el país con un seguro de este tipo”.

Pocos egresados

Desde su posición, Peralta explicó que hay poca renovación de enfermeros al egresar pocos alumnos. “Hay necesidad de generar nuevos profesionales porque la expectativa de la población cada vez es mayor y la demanda de enfermería es alta”. La situación que observa el docente es que se inscriben para cursar la carrera alrededor de 4.000 estudiantes, “empiezan 150 alumnos por año y se reciben entre 20 y 30, es decir que la caída es muy sensible”.

La relación entre cantidades de médicos y enfermeros, recomendada desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de cuatro enfermeros por cada médico. Empero, acá en Santa Fe, según Peralta la relación está invertida: “Hay más médicos que enfermeros”.

El enfermero egresó en 1996 y tiene una larga experiencia como profesional, pero para llegar a apreciar lo que hace explicó que el camino se debe construir: “La vocación de los enfermeros se construye a través de la capacitación y el trabajo, uno logra construir la empatía y el vínculo, así uno consigue el equilibrio”.

La situación nacional

De acuerdo a cifras publicadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2018, Argentina posee una de las tasas más bajas de enfermeros por habitante en la región con 4,24 enfermeros cada 10.000 habitantes, mientras que Chile tiene 22 cada 10.000; Uruguay 18,9; Paraguay 14,6; Brasil 7,1 y Bolivia 5,1. Entre los países que poseen mayor cantidad de enfermeros se encuentran Estados Unidos con 111,4 enfermeros cada 10.000 habitantes y Canadá con 106,4.

Según datos oficiales del Sistema de Información Sanitario Argentino, que depende del Ministerio de Salud de la Nación, actualmente existen 179.170 enfermeros matriculados. De ese total: 19.730 son licenciados; 73.373 son técnicos; y 86.073 auxiliares. Estos últimos representan casi el 50% del plantel general.

Fuente: El Litoral

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