La Brigada Femenina de Tránsito fue creada en Santa Fe Capital el 3 de diciembre de 1970 y fue pionera en el país.

En las esquinas del microcentro, en las horas pico en las que el tránsito se torna más conflictivo, ellas están para facilitar la circulación de peatones y conductores, con su inconfundible uniforme naranja. También, suelen visitar escuelas para promover la educación y la seguridad vial desde las infancias.

Este jueves 3 de diciembre, la Brigada Femenina de Tránsito, integrada por las emblemáticas “naranjitas”, cumple 50 años en Santa Fe capital. Creada en 1970, fue la primera brigada de su tipo en el país y la segunda a nivel mundial, después de España, con el fin de controlar el tránsito en la ciudad. En un principio, fueron convocadas para trabajar como Guías de Turismo. Hoy se desempeñan en la pista de examen del Parque Garay, en el depósito de vehículos retenidos, desde 1980 ofrecen Educación Vial en escuelas e instituciones y, por supuesto, siguen dirigiendo el tránsito.

Para celebrar medio siglo de historia, este jueves se dejará inaugurada en el hall del Palacio Municipal una muestra que recupera testimonios y recuerdos de su trabajo a través de fotografías, archivo periodístico, y elementos como insignias y vestimenta tradicional. La muestra podrá ser visitada a lo largo de una semana.

Liliana Herrero integra la primera camada de mujeres que se incorporó a la Brigada Femenina de Tránsito en 1970. Después de 39 años de servicio, hace ya más de una década que es jubilada municipal.

Como requisito para concursar al puesto, recuerda que solicitaban en el examen teórico “tener conocimiento de las calles de la planimetría, de monumentos, la historia de la ciudad, de las plazas. La función era ser guías de turismo”. El examen práctico se hizo con la presencia del intendente y todo el cuerpo municipal: “te tomaban exámen de tu presencia, de tu forma de desenvolverte, decían ciertas preguntas y vos tenías que contestarlas”.

Cuando empezó a trabajar rememora que “decidieron ponernos el color naranja, que era el color internacional del tránsito, y salíamos a la calle en parejas, nos mandaban a distintas zonas de la ciudad para que la gente se nos acerque, nos pregunte direcciones, lugares para ir a conocer. Les dábamos las indicaciones para que pudieran llegar y los de Turismo los asesoraban sobre su estadía en la ciudad”.

Liliana revela que el trabajo de las primeras naranjitas dio origen al conocido lema Santa Fe, la ciudad cordial: “para cumplir la función en la brigada, tenías que tener vocación de servicio. Se debía una atención para con la gente. La gente se acercaba a nosotras, nos preguntaban cosas y nosotras teníamos que contestar”.

En la década del ‘70, era la policía la que tenía a su cargo la dirección del tránsito en el macrocentro santafesino, a través de una brigada especializada que se disolvió por los sucesivos retiros y jubilaciones. Para atender la situación, la Municipalidad creó la Dirección de Tránsito “que ya tenía en ese entonces un cuerpo de inspectores, los famosos zorros que le decían”, repasa Liliana, quien da cuenta del desconcierto que generó pasar de ser guías turísticas a directoras de tránsito, tanto para muchas de las mismas trabajadoras como para los ciudadanos.

“No todo el mundo estuvo de acuerdo, incluso hubo compañeras que lloraban porque no querían ir a dirigir el tránsito. Fue una experiencia que acatamos. Incluso, a veces se producían ciertos inconvenientes porque vos estabas parada por primera vez con un uniforme y un silbato, a la gente le llamaba la atención y tenías que hacer que sigan y circulen, porque se quedaban todos parados, iban en autos y te sacaban fotos. Así empezamos y seguimos hasta el día de hoy”, cuenta.

Con información de UNO Santa Fe

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