Fm chalet 100.9 comenzó un
recorrido por las escuelas ubicadas en los barrios mas olvidados de la ciudad
de Santa Fe para conocer en que situación se encuentran las mismas, bajo que condiciones
están trabajando los maestros y de que manera se desenvuelven los alumnos en el
proceso educativo. “No se puede pensar que en un barrio la escuela va a funcionar fantástica
si no tiene una vida social y política que resuelva otras cuestiones a la par”,
destacó José Testoni, secretario adjunto de Amsafe. 

“Nosotros insistimos mucho en dos áreas de esta provincia
que todavía no pudo remontar los procesos de destrucción que ha sufrido  todo el estado en la década de los 90; estamos
hablando de todo el cordón oeste, noroeste y centro norte de Santa Fe, al cual incluimos
también porque allí se han construido 14 planes de vivienda y ninguna escuela y
eso deterioró algunas escuelas que estaban funcionando bien como la Nº 1336, la
Combate de Quebracho, la Nº 48, donde tuvieron que absorber toda una
movilización masiva de ciudadanos que se fueron a vivir a esa zona donde no
había servicios; se crearon barrios sin escuelas, sin salas de primeros
auxilios, sin comisarías, sin estructura estatal. Ahí había una escuelita
semirural que se convirtió en una media escuela, ese es un problema”, destaca
Testoni en su primer diagnóstico.  
Sólo basta con hacer una breve recorrida en auto o
a pie para visualizar que en el centro norte y el oeste de Santa Fe y la zona
sur y suroeste de rosario se concentran, todos los índices más angustiantes en
términos sociales, económicos, laborales, educativos, sanitarios de nuestra
provincia. Insistimos mucho en que ahí debe haber una revolución. No somos de diagnosticar
la realidad en blanco y negro, porque no nos gusta que lo hagan con nosotros,
no lo vamos a hacer con ningún gobierno, pero lo cierto es que en estos lugares
hace falta una fuerte planificación, tanto del estado municipal, provincial y
nacional para revertir determinadas cuestiones, porque no han logrado remontar
y no sé si toda la sociedad santafesina tiene noción de cómo viven nuestras
comunidades en esos lugares donde la catástrofe social se expresa en la
escuela, porque es el lugar en donde todavía la población se reúne, habla,
expresa lo que vive, lo que siente lo que padece. Y lamentablemente, a veces,
nos desbordan los conflictos, sin instrumentos, sin dispositivos para
solucionarlo; esto es lo que más nos preocupa, subraya el sindicalista.
Si bien en los últimos años los docentes han
logrado conquistas importantes en la provincia de Santa Fe, la realidad también
indica que muchos deben ejercer la profesión en varias escuelas para poder
alcanzar un salario digno, generando una fuerte dispersión en su trabajo
territorial. “Nosotros en esta materia, a veces en contra de lo que opinen
otros compañeros, estamos insistiendo mucho en dos herramientas: la
titularización de los compañeros en las escuelas, pero con concentración
horaria porque lo que necesitamos es que los docentes tengan pertenencia a una
comunidad; todos saben que en la docencia se pueden tener 44 horas cátedra,
nosotros consideramos que toda esa carga horaria se dé en un solo lugar.  El docente no tiene que ser un docente taxi
porque si no le va a costar mucho recuperar la autoridad pedagógica necesaria
como para hacer un trabajo serio en esa comunidad. Insistimos mucho en que los
procesos de suplencias de titularización se den con concentración horaria para
que ese docente vuelva a ser un referente pedagógico, con autoridad, donde la comunidad
necesita que haga sus aportes, pero que fundamentalmente establezca un
vínculo”, sostiene Testoni.
En el año 2009 la presidenta Cristina Fernández
anunciaba una de las medidas más inclusivas en la historia del país, como es la
asignación universal por hijo, herramienta que produjo no solo un incremento en
el nivel de vacunación en niños y adolescentes sino un aumento considerable de
las matrículas escolares. A pesar de todo esto, mientras los gremios docentes y
las organizaciones populares celebraban la iniciativa, la ex ministra de
educación de la provincia, Elida Rasino veía esto como un problema por
considerar que las escuelas no estaban en condiciones de recibir tantos
alumnos. Sin embargo para una ciudad que fue dos
veces inundada, y muchos actores quedaron fuera del proceso educativo, esta fue
posibilidad de reencontrarse con nuevas esperanzas. Ante este nuevo escenario
en donde la escuela debería volver a convertirse en centro de formación y no
contención la pregunta que surge es como hacer para que los maestros se sientan
satisfechos con su labor y que los chicos puedan culminar sus estudios para no
sumar quizás una nueva frustración en sus vidas.
Para el dirigente de Amsafe tiene que “haber un planteo estratégico que permita que
a todos esos esfuerzos que muchísimos docentes hacemos y hacen no se los hagan
sentir como que son en vano porque no tiene un acompañamiento estructural y son
solamente los que tienen profundas convicciones los que en esos contextos
sostienen su actividad. Entonces creo que en ese sentido es muy necesario que
haya políticas muy activas, muy focalizadas en todo lo que es el cordón oeste;
desarrollo económico, de toda la infraestructura social, porque se están
poniendo muchos recursos pero no es tan coordinado, no es tan pensado, no
 es tan discutido con la gente y a veces uno al lado del otro están
trabajando hasta inclusive muchas veces con los mismos actores”.  
Romper con la lógica neoliberal
Si hay algo que
las políticas neoliberales se encargaron de producir en nuestro país, sobre
todo en el década del 90´, fue la destrucción del empleo, de las condiciones
dignas de vida, obligando a las escuelas a perder horas de clases para poner en
funcionamiento comedores que fueron durante años un gran sustento para miles de
chicos. “Nosotros hay cosas que ya no entendemos. Hay lugares donde, esto lo
digo y sé que podemos ser criticados, hay que rediscutir el comedor escolar
porque en realidad con la asignación universal  y con los cinco millones
de trabajadores que se han incorporado al mercado productivo ya no se hace
imprescindible en algunos lugares el comedor escolar sino que lo que se hace
imprescindible es que esa escuela que tiene tres horas de clase tenga cuatro, porque
los chicos por el comedor escolar pierden una hora de clases y después estamos
hablando de doble jornada, de ampliación; no, no, primero recuperemos las horas
que perdimos en la década del 90 porque tuvimos que poner comedores escolares
en todas las escuelas perdiendo la centralidad pedagógica; eso es realmente
empezar a pensar estructuralmente sobre cómo se sale de situaciones de
marginalidad”, puntualizó.  
Barrios con vida social y política
Para Testoni “ muchas
veces se tiene la mentalidad de que los barrios pobres van a ser siempre
pobres, que tienen que tener cooperativas, escuelas y centros de salud para
pobres, y en realidad, eso conspira con las acciones del estado que vienen
siendo parches y no son cuestiones estructurales. En el caso de la escuela, la
misma va a cambiar el día que la sociedad cambie. No se puede pensar que en un
barrio la escuela va a funcionar fantástica si el mismo no tiene una vida
social y política que resuelva otras cuestiones a la par.  Por lo tanto, lo que pretendemos es que en el
contexto en el que estamos, de un crecimiento constante de la economía hay
posibilidades de generar autogestiones, empleo; hay recursos técnicos humanos y
gigantescos en la provincia de Santa Fe.  En esta ciudad hay tres universidades
trabajando que incuban empresas y nadie se dedica a ver como se puede producir
mejor en los sectores populares y nos dedicamos a captar la renta de los
sectores medios y altos. No estamos en contra de los empresarios pero decimos
hay que pensar también en que los otros tienen que tener una forma digna de
vivir”, concluyó.  
 Audio: José Testoni

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