Luego de permanecer estacionario un par de días en Santa Fe, el río Paraná descendió tres centímetros y se ubicó en 1,97 metros, afectando el caudal de la laguna.

El río Paraná a la altura de Santa Fe volvió a descender y se ubicó por debajo de los dos metros. Prefectura Naval Argentina, en su última medición, registró una altura de 1,97 metros.

A principios de este mes, se observó un repunte de cinco centímetros. El lunes 2 de septiembre se anotaron 2,06 metros, seis centímetros más que el día anterior. Eso les permitió pensar a muchos que la bajante había encontrado un límite.

Sin embargo, los pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA) se van cumpliendo. Incluso, las alturas actuales se adelantaron a las previsiones realizadas. En su último informe, realizado el viernes, el organismo vaticinaba 1,97 para el 10 de septiembre y una tendencia para dentro de una semana de dos metros.

Lejos de los niveles de alerta (de 5,30 metros) el río se encuentra, en el puerto local, a 0,87 metros de la altura media para un mes de septiembre que es 2,84 metros (promedio tomado entre 1994 y 2018).

Cualquiera pensaría que estos niveles podrían ser históricos. Sin embargo, en 2009 por ejemplo el mínimo fue de 1,53 metros; en 2006 de 1,85 metros, en 2001 llegó a los 1,60 metros y el año pasado, el 27 de septiembre, dejó una marca de 1,86 metros.

Un paisaje diferente

El escenario es diferente en la costanera santafesina. Los pilotes del Puente Colgante y del expuente ferroviario (que suelen servir de referencia) quedaron el desnudo. Algunos bancos de arena comienzan asomar y son una amenaza para los navegantes.

Las complicaciones todavía no han llegado a las guarderías de lanchas, quienes en 2019 no podían bajar embarcaciones ya que el sistema por elevador no se lo permite al estar el río tan bajo.

El informe complementario de situación hidrológica publicado este domingo por la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica del INA dice en relación a la situación del Paraná en territorio argentino: “Sin lluvias significativas en la semana, el caudal que ingresa al tramo se encuentra estabilizado en 14% por debajo del promedio de septiembre desde 1994”.

Y agrega: “En Goya, el nivel quedó oscilando por debajo de 2,50 metros y no se espera repunte en el corto plazo. En Santa Fe el nivel va quedando oscilante alrededor de los 2 metros”.

El escenario podría cambiar este mes, cuando comiencen las lluvias. Fue el ingeniero Jorge Collins, del INA, quien a finales de agosto comentó a UNO Santa Fe que se “espera que para mediados de septiembre, octubre empecemos a tener un repunte en los niveles”.

Para que el impacto se pueda sentir en territorio argentina, las lluvias se deben producir en la cuenca de aporte, fundamentalmente en Brasil y Paraguay. Si bien no se han producido lluvias hasta ahora, Collins recordó que los pronósticos hablan del trimestre septiembre, octubre y noviembre lluvias que podrían estar por encima de lo normal.

Con información de Uno Santa Fe

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