Los problemas del sector y un cambio de hábito de los pacientes hicieron “económicamente inviable” al Sanatorio “Santo Tomé”.

Por Aquiles Noseda                                                                                                                 Fuente: Uno Santa Fe

Santo Tomé, una ciudad que según el último censo cuenta con casi 66 mil habitantes, se queda con un solo sanatorio, el “7 de marzo”. Eso obedece al cierre del efector de salud privado que llevaba el nombre de la ciudad y que funcionaba sobre calle 25 de mayo al 2000. La noticia comenzó a trascender a principios de este mes y terminó de confirmarse hace dos semanas.

Al tratarse de un servicio como el de salud, la decisión trasciende la esfera privada y pasa a tener un interés público. Por otro lado, como en toda crisis general, el cierre de una fuente laboral (que generaba trabajo en el último tiempo para 25 personas) lleva preocupación a quienes gobiernan.

“Si la Argentina está en crisis, el sistema de salud tiene una crisis propia”.

Carlos Abraham. Pte. Asociación de Clínicas y Sanatorios Santa Fe

Con esta decisión, la ciudad de Santo Tomé pierde cerca de 30 camas de internación. El Sanatorio Santo Tomé supo tener hasta el año pasado servicio de terapia intensiva y un tomógrafo. Referentes del efector informaron que seguirán abierta, solo por algún tiempo más, la atención en consultorios y en el laboratorio.

Los empresarios de la salud privada advierten sobres dos fenómenos que hacen que el escenario sea “inviable” para su continuidad. Por un lado la crisis particular que vive el sector y por el otro un “cambio cultural”, que es propio de los pacientes y que está relacionada con la decisión de atenderse en las grandes ciudades.

Carlos Abraham, presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Santa Fe apuntó: “Si la Argentina está en crisis, el sistema de salud tiene una crisis propia”.

Con la idea de darle un contexto al cierre del Sanatorio Santo Tomé, explicó: “Nuestro sector vende servicios en pesos y tiene sus egresos fijados en pesos pero una parte importante en dólares. Es un sector que está acostumbrado a recibir los pagos a 90, 120 días (como las obras sociales) pero los egresos son exigibles al contado y en el marco de la inflación”.

“El sector salud está en una ecuación mortal”, definió Abraham. Para el titular de clínicas y sanatorios la situación se torna más complicada cuando se trata de “efectores en ciudades pequeñas, con menor respaldo financiero”, como fue el caso de Santo Tomé. “El sanatorio cierra porque es inviable”, afirmó.

“Tenemos un ingreso regulado, en pesos y a plazos. Tiene un egreso que la mitad es en dólares y no sin plazo. Ese escenario, para las pequeñas instituciones, con poca capacidad de respuesta es fulminante”, insistió.

Según comentó, las complicaciones se agudizaron con la devaluación del peso. “Nosotros no exportamos”, avisó. “Los que vendemos servicios son los que están complicados. Sobre todo si necesitás insumos importados para vender ese servicio. Importamos porque son cosas que en Argentina no hay”, agregó.

Además, los empresarios de la salud advierten sobre un fenómeno, de un cambio cultural en la población; que está vinculado con la forma de atención. “La salud, por las condiciones que necesita para ser brindada adecuadamente, se va trasladando a grandes ciudades o centros de atención”, precisó el empresario.

En ese sentido, explicó que la población demanda servicios que se tornan difícil de brindar en un sanatorio chico de una ciudad pequeña. Comentó, por ejemplo, que un servicio de neonatología debe tener garantizada una cantidad de nacimientos mínimos por mes para hacerlo sustentable en el tiempo.

De esta forma, las grandes ciudades concentran los pacientes, ya que esas localidades son las que poseen los efectores de salud más importantes, con mejor infraestructura, servicio y tecnología. En ese sentido, la ciudad de Santa Fe se convierte muchas veces en una primera opción para los santotomesinos.

La semana pasada, la intendenta Questa hizo referencia al tema: “Entendemos la dificultad económica que representa sostener un efector de salud, con insumos que se pagan en dólares y la situación que atraviesan las obras sociales”. Al mismo tiempo pidió “mantener algunos servicios para que, una vez superada esta crisis, sea más fácil retomar las actividades vinculadas al área de internación y que Santo Tomé vuelva a contar con dos sanatorios privados más el hospital público”.

Este martes, continuaban las negociaciones entre el gremio de los trabajadores de la sanidad (Atsa) y los dueños del Sanatorio Santo Tomé.

Según pudo saber, cuatro de los 25 trabajadores podrían ser reubicados en otros sanatorios de Santa Fe. En tanto que el resto llegaría a un acuerdo indemnizatorio con la S.A. perteneciente a Sanatorio San Jerónimo y Santa Fe.

Comenta sobre esta publicación