Los principales referentes de la coalición opositora analizaron que la educación, el trabajo y las “libertades fundamentales” no pueden verse afectadas. Criticaron la campaña de vacunación, la cuarentena del año pasado y no sentaron postura frente a una postergación de las elecciones.

La mesa nacional de Juntos por el Cambio se reunió y analizó la posible aplicación de nuevas restricciones por parte del Gobierno para enfrentar la segunda ola de coronavirus aunque pidió respetar la educación, el trabajo y “libertades fundamentales”. Para la alianza opositora, cualquier medida debe ser consensuada con las distintas provincias y tener un principio y un fin, con plantearon los expertos en reunión con funcionarios nacionales esta semana. Lejos de ser conciliadores, criticaron la campaña de vacunación, la cuarentena inicial y la falta de recursos económicos para afrontar este nuevo pico ante cualquier tipo de cierre. En el encuentro también abordaron la propuesta oficial para postergar las PASO y las elecciones generales un mes pero no se pusieron de acuerdo, prefirieron no pronunciarse sobre el tema y continuarán debatiéndolo para sentar una posición que marque el camino en el Congreso, donde los tiempos apremian.

La reunión pautada para las 9:30 no contó con la presencia de Mauricio Macri que, según dijeron desde su entorno, no pudo participar por haber tenido un compromiso personal programado. El ex presidente debió hisoparse el sábado, luego de haber sido contacto estrecho de Alex Campbell, uno de los dirigentes bonaerenses integrantes de La Territorial, espacio que buscará poner candidatos propios en cada intendencia. El examen le dio negativo pero hoy estuvo ausente.

Del encuentro participaron Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, que hoy presenta su libro Mi Camino, Humberto Schiavoni y Cristian Ritondo por el PRO. Del lado del radicalismo, estuvieron el presidente del partido, Alfredo Cornejo, Luis Naidenoff, Martín Lousteau y Mario Negri. La Coalición Cívica no presentó la figura de Elisa Carrió sino que lo hicieron Maximiliano Ferraro, Maricel Etchecoin y Juan López por la Coalición Cívica, además del peronista Miguel Ángel Pichetto.

Después de haber cuestionado las medidas adoptadas, la campaña de vacunación y convocar a marchas anticuarentena o incentivar la quema de barbijos, los opositores manifestaron su “plena disposición al diálogo sincero, sin golpes bajos y segundas intenciones” y pusieron a disposición sus “saberes técnicos” para trabajar ante la “peor crisis sanitaria, económica y social que enfrentó la Argentina en las últimas décadas”.

Mientras tanto, el Gobierno mantiene reuniones diarias para monitorear el cumplimiento de las nuevas restricciones al transporte público y la nocturnidad. Con más de 27 mil casos en 24 horas, la ministra de Salud Carla Vizzotti pidió postergar cualquier actividad no prioritaria, remarcó que los gobernadores pueden endurecer las medidas en sus distritos y apuntó contra las fake news que sólo buscan generar confusión en la población.

Pandemia y restricciones

Lejos de las críticas iniciales en torno a los insumos destinados a la inoculación de la población, la alianza opositora remarcó que “vacunas bien administradas a los sectores más vulnerables al virus reducen sustancialmente la mortalidad y la necesidad de tratamientos médicos intensivos o de alta complejidad” por lo que lamentó “las enormes deficiencias de la campaña de vacunación”, con foco en las expectativas generadas, la adquisición, administración, distribución y transparencia, olvidando la alta demanda mundial ante una oferta que no libera patentes y volviendo a poner en escena el “vacunatorio VIP”.

Además, después de que se conociera que la campaña opositora en torno a una supuesta prohibición para la compra de vacunas provincial fue una fake news, retomaron el guante y dijeron que “resulta inaceptable que, después de haber concentrado la compra y distribución de respiradores, tests y vacunas, el gobierno nacional trata de desligarse de esa responsabilidad diciendo que las provincias podrían hacerlo”. Esto siempre pudo hacerse, la ley aprobada por el Congreso el año pasado no sólo lo permite sino que le da beneficios económicos a las provincias y no impide a los privados ningún tipo de acción para adquirirlas.

Para Juntos por el Cambio, en los próximos días se incrementarán las presiones para avanzar en nuevas medidas. “Si debemos convivir con más restricciones, las mismas deberán estar rigurosamente planificadas y ser factibles de ser aplicadas. Tienen que tener un objetivo claro, con un principio y un fin, más prioridades bien definidas”, como ya adelantaron los expertos que asesoran al Gobierno.

De todos modos, no sacaron de la agenda reclamos como el “derecho a aprender”, algo que estuvo garantizado el año pasado en la virtualidad, “a trabajar, así como también las libertades y garantías fundamentales”. Según la oposición, hubo una “pésima utilización previa de las restricciones existentes” gracias a la cual “estamos ante nuevas carencias sociales y económicas en un marco de hartazgo”.

En ese contexto, apuntaron que “el presupuesto nacional no contempló la necesidad de recursos para enfrentar una posible segunda ola sin las vacunas suficientes. Por eso, es urgente que se resuelva la manera de dar las ayudas económicas que se precisen de resultar necesario implementar algún tipo de cierre por parte del gobierno nacional”. Medidas que deberán “ser determinadas por el gobierno nacional en conversación con las provincias”.

El futuro de las PASO

El temario de Juntos por el Cambio también incluyó el análisis del borrador que presentó el Gobierno para posponer el calendario electoral un mes. Con esa propuesta, las PASO se realizarían el 12 de septiembre y las generales el 14 de noviembre. El objetivo es evitar que la población concurra a las urnas durante los meses más fríos del año, clima propenso para el coronavirus, y permitir un avance más significativo en la campaña de vacunación.

El proyecto fue presentado por Eduardo De Pedro, ministro del Interior, la semana pasada durante un encuentro con diputados y diputadas de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. En principio, habría acuerdo para avanzar, pero las posturas no son uniformes. Desde la Coalición Cívica ya manifestaron su acuerdo con un retraso, también lo hizo María Eugenia Vidal porque consideran que no cambia las reglas del juego sino que sólo es una postergación.

De todos modos, desde la mesa nacional dijeron que se iban a fijar si no había “trampas” en la iniciativa y cuáles son los recaudos a tomar en la implementación. Sobre estos puntos no se pusieron de acuerdo aunque no aclararon ni hicieron pública una postura sobre cuáles serían esas posibles trampas. Desde el Gobierno aseguraron que no hay nada extraño en la propuesta.

Lo cierto es que los tiempos apremian. El Congreso tiene plazo hasta mediados de mayo para aprobar el proyecto, por una cuestión de tiempos judiciales. Con un acuerdo de base con el principal interbloque opositor, se podría avanzar sin problemas. Si llegaran a un acuerdo esta semana, la próxima podría comenzar a tratarse. Sin embargo, hay un problema: ayer hubo una reunión del bloque PRO y no hay posturas uniformes. En todos los partidos que integran la alianza habrá que hacer pedagogía y docencia para conseguir los votos.

La demora en la decisión de Juntos por el Cambio, aseguraron, no impactará en ese dead line y acusaron que De Pedro todavía no se reunió con los bloques más pequeños, a quienes se comprometió a ver. Desde el ministerio del Interior adelantaron que primero esperarán la respuesta de la alianza PRO-UCR-CC para volver a hacer una visita al Congreso.

Más allá de esto, todos coinciden en que la principal preocupación gira en torno a evitar contagios, vacunar a la mayor cantidad de personas posible y asegurar un plato en la mesa para los argentinos. De todos modos, si bien las elecciones son un tema secundario, hay que debatir sobre ellas y ninguno quiere suspenderlas.

Fuente: El Destape

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