Toda la comunidad artistica santafesina ha perdido a uno de sus mayores exponentes del teatro local, no hubo plaza ni escenario formal o informal que no haya transitado,lo hizo de la única manera que concocía con respeto y amor hacia los más chicos.

Seguramente muchos adultos que han sido talleristas del Trompa podrán recordarlo de la mejor manera, con una sonrisa. Los padres, hoy abuelos lo tendrán en sus retinas pues arrancaba risas a sus hijos y con ello también a ellos mismos. Dueño de una ineflable sonriza, capacidad de trabajo e ingenio , se fue ganando el corazón del publico menudo y junto a Silvia Nerbutti su compañera en La Tramoya despuntaban cada fin de semana el delicado arte de hacer reir.

Hoy te rendimos un homenaje, como lo hubieses deseado, con una sonrisa:

 

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