El titular de Agroindustria lanzó una insólita comparación al afirmar que el kilo de carne es más barato que “el kilo de facturas para tomar mate”. Y agregó: “¿Cuánto está el kilo de helado?”. Según las cámaras empresarias, la carne subió 53 por ciento en los mostradores, por encima de buena parte de los productos de la canasta básica.

En otro intento de defender la política económica del gobierno macrista a pesar de que en agosto pasado la inflación trepó al 54,4 por ciento interanual, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, negó que el precio del kilo de carne estuviera por encima de la suba de precios promedio y sostuvo que, por el contrario, “la carne es el alimento más barato” del mercado, inclusive más barato que “el kilo de facturas para tomar mate”.

La expresión que evidencia un desconocimiento de que, por lo menos en la Argentina, las facturas se venden por docena, va a contramano los últimos datos de las cámaras empresarias que dieron cuenta de una suba en los valores del mostrador que promedia el 53 por ciento, es decir por encima de buena parte de los productos de la canasta básica. Es más, la consecuencia de esa suba es tal que, según los últimos datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna en la Argentina, se comen 7 kilos de carne menos con respecto al último año.

“La carne no sube más que la inflación promedio. La carne es el alimento más barato de la Argentina, por lejos, comparado con cualquier otro”, por ejemplo “con una pizza”. Dijo y para sostener su postura añadió: ¿Cuánto está el kilo de helado? ¿Cuánto vale el kilo de facturas para tomar mate?, es mucho más caro que un kilo de carne”.

Si bien todo depende de donde uno viva, en las carnicerías de barrio e inclusive en algunos mercados, por ejemplo, el kilo de un corte clásico como el cuadril oscila los 230 y 250 pesos, es decir más que el promedio de 200 pesos que vale una clásica pizza de muzarella en un comercio del rubro; no ya en un restaurante, donde los precios son más arbitrarios.

La diferencia se estira más cuando se trata de un corte magro, como el peceto, que promedia los 280 pesos y varía también respecto del kilo de asado, que oscila los 200 pesos y en algunos casos llega a los 300. En ambos ejemplo, los valores son superiores a la docena de facturas, que en una “simple” panadería cuesta entre 160 y 190 pesos.

No obstante la defensa de la suba en la carne, Etchevehere defendió, además, la inflación en general. “Cualquier comerciante dice ‘yo quiero seguir al dólar’” y lo hace, “no digo que esté mal porque tratan de cuidar sus ingresos”, agregó.

Con información de Página 12

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