Llegó a Shangai el 21 de enero, pocos días antes de que se conociera la existencia del virus que está causando estragos en el mundo. Ella contó su experiencia y cómo fue el arribo al aeropuerto nacional.

Desde hace casi un mes, el coronavirus mantiene en vilo a todo el mundo: la preocupación es generalizada, hay casi 900 muertos por el virus y minuto a minuto se redoblan los esfuerzos por encontrar una vacuna contra la enfermedad.

Pero tal intranquilidad parece no haber llegado a la Argentina y más precisamente al Aeropuerto de Ezeiza, que recibió sin hacer ningún tipo de control médico a un contingente de argentinos que regresaba de China.

Es importante aclarar que la delegación de turistas viajó antes de que se hiciera pública la existencia del coronavirus, y empezaron a notar que pasaba algo extraño cuando llegaron a Xian a festejar el Año Nuevo Chino el 24 de enero, pero antes de llegar al aeropuerto se enteraron que la celebración estaba suspendida, siendo esta el movimiento migratorio más grande del mundo.

Dos días después, ya con más información respecto de la epidemia, se dirigieron a Zhangjiajie donde se encontraron con un panorama desolador: nadie en las calles y estrictos controles que no se permitían grupos grandes de personas. Fue allí cuando empezaron a pensar en adelantar su vuelta a la Argentina.

“Allá había controles muy estrictos, te intimidaban y te llamaban mucho la atención por circular en la calle más de 2 o 3 personas juntas. La gente está muy aislada y son muy disciplinados”, contó María Laura Pérez, una de las integrantes del contingente.

Ante ese panorama, decidieron emprender el regreso al país. Pensaron en aprovechar una de las escalas y quedarse unos días en Dubai, pero no se lo permitieron justamente por arribar desde China en pleno brote del coronavirus.

Pero al llegar a Ezeiza se encontraron con un panorama totalmente distinto: el nutrido grupo de turistas regresó a la Argentina con los barbijos puestos pero nadie los revisó. “La sorpresa más grande fue cuando llegamos a Ezeiza. Veníamos de un montón de aeropuertos y lo controles eran sumamente estrictos. La mitad del contingente volvió 3 dias antes y nos encontramos con que a ninguno nos hicieron ningún tipo de control ni nos dieron ninguna indicación”, contó Laura.

Ante la falta de medidas preventivas, decidieron asesorarse por su propia cuenta. “En las ciudades donde estuvimos, hubo casos de coronavirus en todas, eso es lo que nos preocupaba. Algunos fueron a ver infectólogos y nos dieron sugerencias”, dijo la argentina que hizo su propia cuarentena y se quedó encerrada en su casa durante los 15 días estipulados para evitar contagios.

“Nació una sobrina mía y no la fui a ver hasta 15 días después, me quedé encerrada en mi casa, a todos mis pacientes los postergué una semana”, contó la psicóloga que recién ahora está un poco más tranquila ya que sigue teniendo contacto con todo el grupo de viajeros y ninguno presentó síntomas de la enfermedad.

Fuente: LT10

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