El pasado Miércoles 22 de julio se conmemoró el día internacional del trabajo domestico y la Lic. María Eva Bellini se refirió a este hecho. Los nuevos paradigmas que han roto las tradiciones machistas han traido algo de mayor equidad de el trabajo doméstico y la crianza de los hijos.

El 22 de julio se declaró el Día Internacional del Trabajo Doméstico, en el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano del Caribe, organizado en Lima, Perú, en 1983. Con el objetivo de reconocer el trabajo no remunerado que realizan las mujeres, ya que históricamente es una práctica que recae en ellas.

El trabajo doméstico desde hace tiempo es un tema en la agenda feminista, y se ha sumado en los últimos años en el debate público. Lo que generó una serie de políticas destinadas a mejorar las condiciones laborales de este sector ocupacional.

Estas políticas, según Nueva Sociedad, se remontan al año 1999, donde se implementó un Régimen de Simplificación Registral. El cual consistía en incluir a las trabajadoras de menor dedicación horaria en el sistema de protección social, específicamente en el sistema jubilatorio y de cobertura de la salud mediante obra social, a través de aportes parciales de sus empleadores. Por otro lado, en el 2005 se promulgó la ley 26.063, que constituyó un incentivo fiscal a la registración, ya que permite a lxs empleadores que pagan impuesto a las ganancias deducir, hasta cierto monto, los aportes patronales y el salario de sus empleadas domésticas. En tanto, en marzo del 2013, se sancionó la Ley de Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares. Esta normativa reemplaza a la precaria legislación precedente –un decreto del año 1956 que establecía derechos muy acotados para estas trabajadoras– y busca equiparar las condiciones de trabajo del sector con las del resto de los asalariados amparados bajo la Ley de Contrato de Trabajo.

Escucha la columna completa:

 

Comenta sobre esta publicación