El proyecto del gobernador Miguel Lifschitz ingresó a la Cámara este miércoles. La votación dividió al bloque de senadores justicialistas. Perotti, que por la mañana había tenido su foto uniendo al PJ, por la tarde tuvo su primer revés  legislativo.

Por Hipólito Ruíz/ Uno Santa Fe

Omar Perotti terminó este jueves con una mala noticia: seis de los 11 senadores justicialistas votaron a favor del proyecto de presupuesto que elaboró el gobernador saliente, Miguel Lifschitz, y ahora pasó a Diputados donde el Frente Progresista tiene mayoría.

El día fue muy largo y cargado de tensiones. Empezó con el acto convocado por el gobernador electo que juntó a intendentes, presidentes comunales, diputados provinciales y nacionales en los salones del puerto de Santa Fe. De forma paralela se desarrollaba una reunión de los senadores justicialistas que analizaban si iban a votar o no el presupuesto que había ingresado la tarde anterior a la Cámara alta.

Las tensiones en la previa del acto eran notorias y la ausencia de los senadores justicialistas hacía correr todo tipo de rumores. Pero a minutos de empezar con los discursos los senadores ingresaron al lugar y todo parecía encaminarse a un acuerdo en la interna que Perotti mantiene desde hace meses con el jefe de los senadores justicialistas, Armando Traferri.

Sin embargo, nada estaba resuelto. El diputado provincial, Leandro Busatto, ingresó el proyecto de ley de ministerios con el nuevo esquema de gabinete que utilizará el rafaelino para gobernar. Ni bien el proyecto tuvo media sanción en la Cámara baja –en las primeras horas de la tarde– Busatto salió a advertir que no se podía votar un presupuesto que no se correspondía con un nuevo esquema de ministerios.

Las idas y vueltas de diputados y senadores por los pasillos de la Legislatura era incesante. Mientras los senadores desarrollaban su reunión de labor parlamentaria –donde se acuerdan los temas a tratar en el recinto– un legislador del Frente Progresista le preguntó a los periodistas que esperaban en el pasillo a quién esperaban. Ese fue un indicio de que las negociaciones iban a tener más protagonistas que sólo legisladores.

Perotti trató de disuadir por todos los medios a los senadores de su partido de no votar el presupuesto. Primero tuvo a un par de senadores como intermediarios para destrabar las negociaciones. Como esos intentos fracasaron cerca de las 17 llegaron cerca de 15 presidentes comunales muy ofuscados para tratar de hablar con los senadores. Pero personal de la Cámara los invitó a esperar en el hall de la Legislatura y echó llave a la primera puerta de acceso al recinto para evitar que se metan en la sesión que aún no comenzaba. Además dispuso a dos agentes policiales a custodiar el pasillo que conduce a la segunda puerta de acceso. El clima era cada vez más denso.

En los pasillos se comentaba que los representantes del territorio exigían la presencia del propio gobernador electo para sentarse a dialogar, un pedido que sonaba pretencioso. Pero los minutos pasaban y el tiempo se terminaba. Los senadores salieron de la reunión de labor parlamentaria a las 17.35 e inmediatamente comenzó a sonar el timbre que convoca a iniciar la sesión. Exactamemte dos minutos después ingresó a la Legislatura la vicegobernadora electa, Alejandra Rodenas.

La exjueza llegó a integrar la fórmula con Perotti gracias a un acuerdo entre el rafaelino y el Nuevo Espacio Santafesino (NES), un sector del peronismo que es conducido por los senadores. Perotti intentó mostrarles a los senadores que una de las espadas electorales del NES también estaba perdiendo la batalla. Rodenas estuvo reunida por más de una hora con los senadores en el bloque del PJ. Pero lo que ofreció, no alcanzó.

Uno a uno fueron saliendo y sin dar mayores detalles sólo admitían que el presupuesto llegaba al recinto y decían que había que contar los votos. Para que un proyecto de ley se trate sobre tablas se necesitan 13 de los 19 votos y para aprobarlo también se necesitan los dos tercios.

El senador de Iriondo, Hugo Rasetto (UCR alineado en Cambienos), anticipó que no iba a acompañar el presupuestoPerotti necesitaba conseguir otros seis votos negativos de los legisladores de su partido. La sesión comenzó y durante toda su duración hubo silencio como pocas veces y prácticamente no hubo las habituales acotaciones risueñas con las que se chicanean los legisladores. Todo fue muy serio.

A la hora de votar los senadores justicialistas Ricardo Kaufman, Cristina Berra, Eduardo Rosconi, Danilo Capitani y Alcides Calvo fueron los cinco que se opusieron a tratar sobre tablas el tema y a que votaron en contra. A ellos se sumó Rasetto.

Pero del otro lado estuvieron los senadores frentistas –que hasta ese momento fueron espectadores de lujo de la interna peronista– y sus pares del justicialismo Armando Traferri, Rubén Pirola, Osvaldo Sosa, Raúl Gramajo, Guillermo Cornaglia y José Baucero que sí levantaron la mano.

Calvo, que es el senador por el departamento Castellanos y el hombre de confianza de Perotti en esa cámara, en un tono grave dijo al momento de justificar el rechazo al presupuesto que le costaba hablar y que no podía entender cómo se votaba sobre tablas y en menos de 24 horas un proyecto de presupuesto. “No entiendo tanta premura”, cuestionó y se quejó porque entiende que esta acción “tiene una clara intromisión en el futuro gobierno” y marcó la incongruencia de votar un presupuesto que no tiene en cuenta los cambios en la estructura de ministerios que los senadores votaron minutos después.

“No hubo tiempo de leerlo ni estudiarlo”, fue otra de las quejas de los senadores que no acompañaron la iniciativa que estaba acompañada de varios CDs con cuadros e información complementaria al proyecto de ley.

A su turno, Traferri justificó el voto positivo aclarando que en 2010 y en 2011 también se dio una situación similar donde se votó el presupuesto sobre tablas y en un día. “Estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad”, aseguró Traferri al asegurar que no serán “tibios adherentes al gobernador Omar Perotti y su vicegobernadora Alejandra Rodenas” y que desde el 10 de diciembre serán parte del oficialismo.

Por otra parte, en mensaje directo a Perotti, recordó que los senadores fueron cogestores del triunfo electoral del justicialismo en la provincia y que “cada uno de los los senadores dio todo lo que estaba a su alcance” para darle al justicialismo una nueva oportunidad de gobierno.

“También resignamos cosas privilegiando la unidad. En este bloque entendimos que la forma caudillista de construir en la política había llegado a su fin. Defendimos el concepto de la diversidad en la unidad”, espetó.

Por último, Traferri dijo que “no hay lugar para segundas lecturas” y agregó: “No recibimos pedidos del gobernador electo para que no votemos el presupuesto. Siempre vamos a estar dispuestos a instrumentar lo que el Poder Ejecutivo necesite”.

Las tensiones políticas internas en el justicialismo quedaron expuestas a tal punto que parecen marcar posiciones difíciles de reconciliar. Pero en política sería un error mirar la realidad en blanco y negro. Todos hicieron su demostración de poder. Perotti tuvo su foto con todo el peronismo encolumnado a su espalda, incluso con los senadores. Pero a la noche, un grupo de esos mismos senadores justicialistas le recordaron que no es el dueño de todas las decisiones y le propinaron la primera derrota legislativa antes de asumir como gobernador. El peronismo está volviendo al poder en la provincia y las fichas empiezan a acomodarse en el tablero para una larga partida.

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