El presidente electo asegura que el tema no está dentro de sus prioridades pero que seguramente se encargará de él cuando venza el contrato de televisación con la Superliga.

“No estoy pensando en el fútbol como el presidente Macri. Hay prioridades urgentes a resolver”. Esa frase utilizó Alberto Fernández antes de los comicios del último domingo que lo convirtieron en el próximo primer mandatario del país. La frase pareció un mensaje directo al corazón del regreso de la televisación de los partidos de primera división por parte de la tevé pública. Pero no fue así. Hincha de Argentinos Juniors, admirador de un juego que mira más al arco de enfrente que al propio, Fernández le apuntó con sus palabras a la idea que gira en torno de la cabeza del ingeniero Mauricio Macri. Nada más ni nada menos que a la privatización de los clubes, algo que separa de manera ideológica al hombre fuerte de Frente de Todos con el líder de Juntos por el Cambio.

Sin embargo, el regreso de Fútbol para Todos es una posibilidad latente aunque no de manera inmediata. Hoy por el pack fútbol cada abonado debe pagar, además del servicio de cable o satélite, un monto mínimo de 610 pesos. Y con la crisis actual se hace complicado poder disfrutar de un par de partidos por la pantalla chica.

Los colaboradores de Alberto ya tienen algunos datos alentadores que pueden servir para un nuevo FPT y es que la relación de la empresa Torneos, quien tiene los derechos de la televisación, vence con la Superliga en junio de 2020. Y paga 6 millones de dólares por temporada. La Superliga ya avisó que no renovará contrato, ya que pretende 10 millones por año. Fernández se reunirá en los próximos días con dirigentes del fútbol doméstico. Hablará de este y otros temas. No es prioridad para el nuevo gobierno, pero es algo importante para Fernández.

El presidente electo sintió durante la campaña un mensaje casi permanente de sus seguidores. Pedían por la vuelta de Fútbol para Todos. El tema está en agenda y la vuelta de FPT es posible. Sólo es cuestión de esperar.

Fuente: Crónica

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