El Globo de Mohamed pugna por un lugar en la Libertadores y el Tate de Madelón quiere meterse en el lugar de la Sudamericana. Juegan este sábado a las 17.10: ¿con calor infernal o con algo de alivio en la temperatura?

Los dos están peleando por la clasificación. Huracán es el primero del lote que clasifica para la Sudamericana y Unión, el primero de los que no entra (está a un punto de Aldosivi). Es decir, la primera aspiración de Huracán es la de tratar de llegar al grupo de cuatro equipos que jugarán la Libertadores del año que viene (hasta ahora clasifican Racing, Defensa, Boca y Atlético Tucumán), mientras que la prioridad de Unión, al menos por el momento, es la de meterse entre los nueve primeros.

Para Huracán, el objetivo es descontar los tres puntos que hoy le lleva Atlético Tucumán; en el de Unión, alcanzar la línea de Aldosivi, que es el último de los que clasifica para la Sudamericana y mantener o ampliar la ventaja de un solo punto que tiene sobre el undécimo (Godoy Cruz).

Faltan seis fechas todavía, lo cual quiere decir que hay todavía un camino largo de recorrido. Pero la realidad actual de ambos equipos, más allá de que la diferencia entre Unión y Atlético Tucumán es de 8 puntos y todavía es matemáticamente descontable pensando en la Libertadores (aunque difícil), lo más “terrenal” que puede aspirar Unión es a clasificar otra vez para la Sudamericana.

De todos modos, hay otra posibilidad que se abre al final de la Superliga y es la Copa de la Superliga. Más allá del apetecible premio por ir superando etapas (en la primera, hay 3 millones de pesos para el ganador, y de ahí para arriba), es importante salir lo más arriba posible y el premio por llegar a la final es tentador: el que gana la Copa suma una estrella y va a la Libertadores y el otro a la Sudamericana, con el aliciente de que si estos ya están clasificados, el lugar se les asigna a los que llegan a la semifinal o a cuartos.

Pero dejemos el futuro de lado y pensemos en este presente. Huracán está en una posición expectante a partir de ese equipo compacto que supo armar Alfaro y esta realidad que, con algunos retoques de nombres y sistema, lleva a la práctica el Turco Mohamed. Quizás, la diferencia esté en que con el Turco hay más posibilidades de ver a un equipo que arriesga. Y así saldrá a buscar el partido.

En Unión es muy fácil presagiar cuál será su estrategia. Como visitante, Unión jugó un poco más a esperar que a atacar. Eso no implica una postura defensiva, sino achicar espacios en su propio terreno y jugar de contra. Para ello, tiene jugadores aptos. Cuadra y Lotti son delanteros con velocidad, lo mismo Fragapane o los marcadores laterales cuando encuentran el momento y el espacio para la proyección. Y hasta Zabala sabe adaptarse a las circunstancias y tiene la inteligencia suficiente para aprovechar el momento propicio de llegar al área rival.

Madelón no vacila en el momento de formar el equipo, mucho menos luego de una victoria. El cambio “cantado” de Martínez por Blasi será el único retoque de una formación que tiene nombres y estilo propio. El 4-4-2 de lo táctico es movible sólo en lo estratégico. Saber si se juega a presionar arriba o a esperar, esa es la única cuestión que Madelón resuelve de acuerdo a las características del rival. Tanto frente a River como ante Independiente, con resultados distintos, la estrategia fue la misma; contra Belgrano se jugó diferente, pero fue porque el rival no propuso un juego de ataque, sino que le regaló mucho más el terreno y la pelota a Unión. La pregunta es: Huracán, ¿jugará más parecido a River o a Independiente, o será más meticuloso como Belgrano?

Glorioso ‘89

Este domingo, a partir de las 17, se llevará a cabo una jornada futbolística y musical organizada por la Agrupación Glorioso ‘89, que culminará con una cena. El evento, que no ha sido tildado de “político” por parte de dicha Agrupación cuyo principal referente es el doctor Rubén Decoud, servirá para homenajear a las glorias del pasado de Unión. La cita para todos los unionistas es este 24 de febrero en Atlético Gimnasia y Esgrima del barrio de Ciudadela.

Fuente: El Litoral