Para el sacerdote Edilberto Senna fue una confabulación de los grupos poderosos y sus medios de comunicación. Aunque no se le comprobaron delitos ni hechos de corrupción, el Senado la destituyó por 61 votos contra 20 por supuesta manipulación de cuentas públicas.
Se consumó el golpe y la presidenta Dilma Rousseff fue destituida. A partir de esta situación, Michel Temer completará el mandato que Dilma consiguió con 54 millones de votos hasta 2018.

En diálogo con Contacto Sur, el sacerdote Edilberto Senna expresó: “De acuerdo a la Constitución, Dilma no ha cometido ningún crimen, esto está claro (….) pero la oligarquía brasileña controlada por los latifundistas, los industriales y las empresas internacionales que están sedientas de controlar la gran capacidad industrial de Brasil se juntaron con la red de medios de comunicación para crear un clima en la población de que la situación era gravísima y que Dilma era una criminal”

 

Tras la destitución de Dilma, no se hizo esperar el repudio de muchos países latinoamericanos. Cuba rechazó el golpe y señaló que se violentó la voluntad popular de los brasileños. Lo mismo hicieron Venezuela, Bolivia y Ecuador que además retiraron sus embajadores de Brasil. El gobierno argentino tuvo una posición diferente y convalidó el golpe con un breve comunicado en el que dice que“respeta el proceso institucional verificado en el hermano país”.

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