Van 14 partidos en los que sólo anotan volantes y defensores. Además de encontrar la dupla que mejor se entienda en el juego, es absolutamente necesario que los de arriba empiecen a meterla.

Por Enrique Cruz

Se fue cayendo el poderío ofensivo. Los goleadores de otros tiempos ya no están. Triverio y Soldano se fueron. Algunos que llegaron marcando expectativas —Federico Anselmo, por ejemplo— no funcionaron. Gamba tampoco está y hasta el buen aporte que hizo Riaño, en su momento, hoy es algo que se extraña y mucho. No es que antes se acertó siempre y no se erró nunca. Hubo casos de jugadores que pasaron, se fueron y nadie los recuerda. Pero siempre existió, en tiempos de Madelón, un poderío ofensivo que se hacía respetar y que, además, contaba siempre con un apoyo sumamente válido de parte de los volantes, al punto tal que, sin jugar con enganche, Unión siempre tuvo mediocampistas que aportaron una buena cuota de gol. Malcorra, antes y Zabala y Fragapane, ahora, son los casos más específicos.

 

No es que el juego de Unión favorezca a los volantes por encima de los delanteros. No hay que perder de vista que, en la Superliga pasada, la dupla Gamba-Soldano marcó 18 goles (más del 50 por ciento de los tantos que convirtió el equipo). Y antes ocurrió lo mismo con otras duplas (Gamba-Triverio o Guerra-Triverio en el ascenso).

Que Unión está necesitando de delanteros que la metan, no es novedad. Esa carencia es la que más salta a la vista, aún saboreando aún las mieles de un 3 a 0 contundente ante Atlético Tucumán, que se revaloriza muchísimo después de lo ocurrido con el equipo de Zielinski en la Bombonera. La idea primitiva de Madelón era formar la dupla Cuadra-Bou, seguramente buscando algo de similitud con la mejor que logró armar en tantos años que lleva como entrenador de Unión: la de Gamba-Soldano. Pero los goles que está marcando Bou (muchos) se fueron a Unión La Calera de Chile, un club que no es de los más apetecibles del fútbol trasandino.

Gallegos y Andereggen no están, Andrada no funcionó y el técnico lo relegó a un tercer plano de opciones y quedaron cuatro para dos lugares. Mazzola llegó con una chapa que hoy no se puede colgar: la de titular. Se la terminó ganando Lotti en una noche impensada, tanto para él como para el propio Madelón. Es Mazzola o Lotti para que haya uno que juegue por adentro y es Cuadra o Troyanski para que haga el juego de complemento, tanto de retroceso en la cancha como de apertura hacia los laterales.

Lotti tiene algo que a Madelón debe gustarle mucho: su sacrificio. No le cae mal encontrarse con alguien parecido a Soldano en cuanto al sacrificio, porque está claro que Unión es un equipo que en el achique de espacios, depende de que ninguno de los jugadores de campo se haga el “sordo” a la hora de colaborar para presionar y recuperar la pelota.

Los goleadores son los que más valen y Unión perdió ya la ocasión de hacer un mejor o buen negocio con Soldano. De los delanteros que quedan en el club, sólo Troyanski es del club (Unión adquirió el 50 por ciento y su contrato vence en 2021). Cuadra, Lotti y Mazzola llegaron a préstamo, al igual que Andrada. Y hoy, Gallegos y Andereggen están probando suerte en otros destinos.

En el mientras tanto, Madelón busca que esos goles que se añoran y que en otros tiempos fueron un sello identificatorio del equipo, empiecen a aparecer. Entre Fragapane, Zabala y Mauro Pittón le han dado una cuota muy respetable de parte de los mediocampistas. Pero no puede ser que un equipo esté tantos partidos (14 en total, desde la victoria ante Talleres con goles de Soldano y Troyanski) sin que los delanteros anoten. No es normal ni saludable.

Reserva

El encuentro de reserva entre Huracán y Unión se jugará el sábado a las 9 en Buenos Aires. El equipo de Eduardo Magnín, de gran campaña, está en el tercer lugar de la tabla de posiciones, a un punto de Newell’s, que es escolta de San Lorenzo, que aventaja a Unión en cinco puntos.

Fuente: El Litoral

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