No sólo quedaron “encerrados” allí todos los integrantes del cuerpo técnico sino también Brian Fernández y su terapeuta. Cumplen la rutina de ir todos los días al vestuario de siempre en el predio sabalero.

Por Dario Pignata / El Litoral

“Te pido un favor, hablemos en un rato, porque ahora estoy amasando unos tallarines para todos acá en el comedor”. La frase, que podría atribuirse a cualquier chef en su oficio, es nada más y nada menos que de Eduardo Domínguez, el “Barba” que hizo resucitar a Colón en apenas un partido y lo sacó de la incómoda zona de descenso. Ahora, los hinchas sabaleros lo ven más parecido que nunca al otro “Barba”: de su mano el equipo volvió a ganar luego de diez partidos en la Superliga y con una sequía de casi dos años sin pegar un festejo en condición de visitante.

¿Convicción?…¿obligación?…¿casualidad?…¿profesionalismo?. Puede ser alguno de esos motivos o la mezcla de todos ellos. Lo cierto es que el “Barba” Eduardo Domínguez decidió cumplir a pie de la letra la cuarentena en su lugar de trabajo, lejos de su esposa Brenda —es la hija del “Virrey” Carlos Bianchi, hace poco operado de una de sus rodillas— y de sus hijas. Y así se replicó con el resto del comando técnico que lo acompañó en este desembarco en Santa Fe para activar su parte II en Colón.

Como ya se explicó, en la previa al partido casi “salvador” frente a Rosario Central en el Gigante de Arroyito, quien se repite de su vieja estructura en la “barbería” de Eduardo es el exitoso Pablo Santella en la parte física. El otro que ya conocía el Mundo Colón era Bruno Olivetto, quien tiene a su cargo la edición de los videos que necesita el cuerpo técnico en la semana y en los partidos.

Tanto Leandro Díaz como Carlos Verna, sus asistentes de campo, son “nuevos” —por llamarlos de alguna manera— en este segundo capítulo de Eduardo en Santa Fe. Tanto el “Turco” Gustavo Mahmed (ahora en Quilmes con el “Colorado” Facundo Sava) como el “Memo” Borghello quedaron en el pasado.
Y el otro cambio que se dio fue el del entrenador de arqueros, porque el ex golero de Huracán —de allí lo conoce el “Barba”—, Lucas Calviño, es quien ahora ocupa el cargo de entrenadores de arqueros. Antes, en la etapa anterior, el que había ocupado esa función era Leo Torrico.

A todos estos nombres se agregó, por un pedido especial de Pablo Santella, otro profe para la preparación física y es Fernando Kahlow, que se había desvinculado de la institución pero nuevamente está en Colón.

Como se sabe, desde el inicio de la cuarentena, si algo le sobra a Eduardo Domínguez es tiempo y espacios. En el casi vacío Hotel de Campo ocupan las habitaciones para dormir, mirar la tele y ducharse. Pero casi todo lo otro lo realizan entre el predio y la pensión. Es obvio marcar que “se cocinan entre ellos”, con una provista grande que realizaron y algunas cuestiones de stock que había en el comedor de la pensión.

“La idea es no abandonar la rutina del trabajo, estamos en cuarentena y no en vacaciones de verano en una playa. Es por eso que desayunamos todos juntos y de ahí nos vamos al vestuario del cuerpo técnico, al lado de las canchas, para distribuir las funciones de cada uno”, explica uno de los integrantes ante la consulta.

Así, en Santa Fe, entre el Hotel de Campo, el predio, la pensión y las canchas de “Ciudad Fútbol”, se consume la cuarentena del “Barba” Eduardo Domínguez en Colón. Por lo visto, como en las películas, continuará.

Igual que Ortiz en Mendoza

El coronavirus da para todo. Que lo diga Danilo Ortiz, el zaguero paraguayo (nacionalizado argentino) de Godoy Cruz?, quien “hace las veces de local” en el Hotel American, de cuatro estrellas, frente a la Plaza Italia, en el 660 de la calle San Lorenzo. Ahora, en plena soledad.

“Con mi señora vivimos en el hotel, donde todos los turistas tuvieron que dejarlo. También se fueron los propietarios que viven en sus departamentos. El día que confirmaron la cuarentena en la Argentina, la gente de recepción golpeó mi puerta. Nos dijeron que se iban todos, que nos dejaban las llaves para poder entrar y salir las veces que necesitemos para hacer nuestras cosas…”, dijo el ex Racing, Banfield y Newell’s (se entrenó dos meses pero no llegó a firmar su contrato).

“En estos días van intercalando unas mujeres que se encargan de la limpieza. El hotel tiene 17 pisos… Es el único momento en el que no estamos solos. Ya llevamos casi diez días de encierro, pero todo sea por el cuidado de todos. El día se hace más largo sin poder salir. Nos pasamos viendo películas, hablando con la familia con videollamadas. Y el tereré y el vallenato colombiano no faltan, je”, cerró con un poquito de humor, para amenizar el momento.

 

 

Comenta sobre esta publicación